Nuria de Pedraza, directora de Comunicación y Relaciones Institucionales de AECOC
CONGRESO AECOC – OCTUBRE 2020

La irrupción del Covid-19 ha supuesto un desafío sin precedentes para las empresas, según explica en esta entrevista el presidente de AECOC, Javier Campo. Desde su punto de vista, la cadena de valor del gran consumo no solo ha demostrado su robustez y fiabilidad para abastecer al consumidor en los momentos más críticos sino que se erige también como pilar fundamental para la activación económica y social.

Javier Campo
Presidente de AECOC

FJ-Campo

LAS FRASES

  • “La cadena agroalimentaria ha tenido un comportamiento excepcional durante la pandemia”.
  • “Uno de los grandes aprendizajes de estos meses es que necesitamos ser muy ágiles en la toma de decisiones”.
  • “La crisis está siendo un gran revulsivo para tendencias y desafíos que ya estaban en las agendas de las compañías del gran consumo, como la transformación digital o la sostenibilidad”.
  • “Hay que conseguir que las empresas viables sobrevivan, lo que significa que hay que mantener los ERTE’S todo el tiempo que sea necesario”.
  • “Hay que gestionar muy bien las ayudas europeas, para que con esa inversión volvamos a crear empleo”.
  • “Es necesario que los sectores más penalizados por la crisis, como el turismo y la hostelería, cuenten con planes extraordinarios de apoyo que eviten el cierre de miles de negocios con la consiguiente destrucción de empleo”.
  • “El fuerte ahorro de las familias, una vez se recupere la confianza, podrá relanzar el consumo, siempre que el empleo y las estructuras económicas no sufran daños importantes”.
  • “Sólo cuando las empresas inviertan se volverá a crear empleo, que es lo más determinante para el consumo”.

Nuria de Pedraza: ¿Qué impacto está teniendo la crisis del Covid en el gran consumo?

Javier Campo: La crisis del Covid-19 está teniendo un impacto muy asimétrico según los sectores. La facturación en horeca va a caer más de un 45% este año, el textil alrededor de un 30%, sin embargo los distribuidores de alimentación van a crecer por encima del 7%.
Por otra parte, la incertidumbre por el actual panorama económico y laboral ha llevado a que el ahorro en los hogares españoles se haya incrementado en un 35% durante la crisis del Covid-19. Esto, lógicamente, tiene un gran impacto en el consumo que, en conjunto, caerá este año alrededor de un 15% respecto al 2019, algo más que el PIB que estimamos que va a descender un 13%.
Asistimos, por tanto, a un momento de gran contención del gasto en el que el consumidor busca, sobre todo, experiencias seguras y en el que e-commerce ha crecido de forma exponencial hasta alcanzar niveles que no se habían previsto hasta dentro de cuatro años. En ese sentido, la crisis está siendo un gran revulsivo para tendencias y desafíos que ya estaban en las agendas de las compañías del gran consumo, como la transformación digital o la sostenibilidad.

¿Cómo valora la actuación de la cadena de valor y de los líderes empresariales en este periodo?

La cadena agroalimentaria ha tenido un comportamiento excepcional, siendo España el país del mundo que menos roturas de stock ha tenido durante el confinamiento, junto con Canadá. Ambos países han sufrido roturas del 7%, mientras países como Bélgica y Francia han tenido un nivel de faltas entre el 12% y el 14% y Australia un 20%.
Hasta en las circunstancias más duras nuestra cadena de valor ha demostrado su robustez y fiabilidad garantizando el abastecimiento a la población y ayudando a hacer mucho más llevadera una situación que hubiera sido radicalmente distinta si hubiesen faltado productos de primera necesidad.
La crisis del Covid-19 ha servido, por tanto, para poner en valor al conjunto de la cadena del gran consumo y también para demostrar que el tejido empresarial, con sus directivos al frente, juega un papel fundamental a la hora de liderar la recuperación económica de nuestro país.

“Las empresas tienen que invertir en formación y digitalización para hacer frente al nuevo escenario”.

¿Qué aprendizajes nos deja esta etapa?

Los países que han gestionado la crisis sanitaria con medidas más selectivas y al mismo tiempo mantenidas consistentemente en el tiempo, han tenido un mejor comportamiento sanitario, y han causado un menor daño a su economía. Por el contrario, los que han tenido unos confinamientos más estrictos, con retirada de las restricciones más rápidas, están saliendo peor parados de la crisis.
Ninguna empresa o Gobierno tenía en sus planes de contingencia –por exhaustivos que fueran– una situación que impidiese que los ciudadanos pudiesen salir de sus casas, que los trabajadores pudiesen acudir a sus puestos de trabajo… Uno de los grandes aprendizajes de estos meses es que necesitamos ser muy ágiles en la toma de decisiones y tener capacidad de “reinventar” los modelos y procesos tal y como los concebíamos hasta ahora. También hemos aprendido que hay que minimizar el riesgo de tener producciones muy deslocalizadas, que puedan restar eficiencia y agilidad a la cadena de suministro en caso de situaciones como las que hemos vivido.
Por otro lado, hemos visto que la transformación digital –que ya era uno de los ejes de cambio– cobra si cabe mayor fuerza y se acelera incluso más de lo esperado y que tendencias que ya teníamos identificadas, como la preocupación del consumidor por la salud y la sostenibilidad, no sólo se mantienen sino que salen incluso reforzadas del actual escenario.

¿Qué medidas necesita el sector para poder liderar la reactivación económica y social?

nivel de ahorro por parte de las familias que, una vez que se recupere la confianza, podrá relanzar el consumo con vigor, siempre que el empleo y las estructuras de económicas no sufran daños importantes. Por tanto, hay que conseguir que las empresas viables sobrevivan, lo que significa que hay que mantener los ERTE’S todo el tiempo que sean necesarios. Asimismo hay que gestionar muy bien las ayudas europeas, para que con esa inversión volvamos a crear empleo, así como la gobernanza de esas ayudas para asegurar que lleguen a las empresas viables. Sólo cuando las empresas inviertan se volverá a crear empleo, que es lo más determinante para el consumo.
Asimismo, es importante que los sectores más penalizados por la crisis, como el turismo y la hostelería, cuenten con planes extraordinarios de apoyo que eviten el cierre de miles de negocios con la consiguiente destrucción de empleo. Es, por ello, imprescindible crear nuevas líneas de financiación y estudiar exenciones fiscales y de tasas municipales para estos sectores.
Además, el conjunto de nuestra economía y nuestras empresas precisan de inversión en formación y digitalización para hacer frente a un nuevo escenario en que la sociedad y el consumidor se transforman a un ritmo nunca antes visto. De igual modo, nuestro país necesita hacer una apuesta decidida por la formación dual, como palanca clave para la captación del talento que precisan nuestras empresas para responder a los importantes desafíos que tenemos como economía y sociedad.

¿Cuáles son los principales desafíos para el gran consumo a corto y medio plazo?

La nueva realidad lleva acompañada importantes cambios en el comportamiento del consumidor y en sus tendencias de consumo, algunas de las cuales desaparecerán una vez superada la crisis y otras que permanecerán en el tiempo.
En el nuevo escenario el consumidor busca, sobre todo, una experiencia de compra segura y también crece el interés por una alimentación más saludable, con productos que le ayuden a llevar una dieta equilibrada y cuidar y fortalecer su sistema inmunológico. La búsqueda permanente de espacios seguros se relajará conforme la crisis sanitaria se vaya superando pero la apuesta por una alimentación sana se mantendrá en el tiempo.
También la sostenibilidad va a seguir siendo clave en un momento en que el consumidor tiene gran sensibilidad sobre el impacto de su compra y, por tanto, da mucha importancia a aspectos como la reducción del packaging, la generación de residuos o el desperdicio alimentario.
Mención especial merece el e-commerce que ha doblado su penetración en alimentación, creciendo en un año lo que se preveía para los próximos cuatro, lo que ha llevado a las empresas a revisar sus estrategias en busca de un modelo que satisfaga a los clientes y que sea pueda ser rentable y escalable.
En definitiva, la crisis sanitaria ha demostrado que las compañías necesitan nuevas estrategias para operar con éxito en la nueva realidad. La transformación digital, la sostenibilidad, la innovación y la eficiencia y mejora competitiva –basada en la gestión del dato– cobran especial relevancia en el nuevo escenario y van a ser determinantes en el impulso de cualquier proyecto empresarial.

Firma-Nuria

NURIA DE PEDRAZA
Directora de Comunicación y Relaciones Institucionales de AECOC
npedraza@aecoc.es

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