Lorena Antón, C84
Nº 249 – JULIO 2022

Felippe Fontanelli dirige el rapidísimo desarrollo de Future Farm en el sur de Europa. Desde el nacimiento de la foodtech en Brasil en 2019 con el objetivo de acercar una alimentación plant-based a un consumidor cada vez más preocupado por la sostenibilidad del planeta, su carne y pescado vegetal se puede comprar en 28 países distintos. España, donde entró en abril de este año de la mano de Ametller Origen, es uno de los mercados europeos en los que espera tener mayores avances. La startup cuenta con que la proteína vegetal se haga con el 10% del mercado global de la carne en solo 5 años.

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Felippe Fontanelli. Director de Future Farm para el Sur de Europa


Lorena Antón: Future Farm es una startup brasileña que nace en 2019 para cambiar la manera en la que se alimenta a todo el mundo. ¿Cuál es su historia?

Felippe Fontanelli: Future Farm es una empresa que mira hacia el futuro de la alimentación verde o plant-based. Sus fundadores, los brasileños Marcos Leta y Alfredo Strechinsky, decidieron apostar por ella en un momento en que Brasil era un mercado prácticamente virgen para la proteína vegetal y con el objetivo de convertir el país en un hub de este tipo de productos para todo el mundo.

A los brasileños se nos conoce por cosas como el deporte o el folclore, pero realmente nuestras exportaciones se basan en dos bienes muy concretos: materias primas y carne. Sin embargo, cuando pienso en cómo vamos a alimentar a la población del futuro, me pregunto cuál es la manera más sostenible de hacerlo. Y la idea de Future Farm es aportar valor añadido a estas materias primas con las que ahora comerciamos en el mundo. Queremos hacer de la carne vegetal –lograda gracias a un producto excepcional y una tecnología puntera– una opción más para el consumidor.


¿Cómo ha sido su evolución en estos tres años de vida? ¿Y su desembarco en España?

Nuestro crecimiento y expansión internacional están siendo muy rápidos. Creamos el mercado en Brasil en solo 6 o 9 meses y, desde ahí, salimos hacia América del Sur, Estados Unidos, una parte de Asia y Australia. Hoy nuestros productos llegan a 28 países distribuidos por todo el mundo y nos basamos en lo 100% natural: sin transgénicos, sin gluten, sostenible y con certificación.

En España hemos entrado por la puerta grande: de la mano de Ametller Origen como distribuidor y con presencia en la feria de Alimentaria este pasado mes de abril, donde nuestro atún vegetal ha recibido el Premio Innoval al mejor producto internacional. Ahora mismo estamos ultimando acuerdos con otros distribuidores.


¿Somos un país con potencial de crecimiento para los productos de proteína vegetal?

Los países con una fuerte cultura cárnica son más receptivos al consumo de alternativas vegetales. España está seguramente en el Top 3 dentro de Europa para el consumo y desarrollo de productos de proteína plant-based, junto a otros países con muy buenas perspectivas como Alemania, Francia, Italia o Portugal.

De todos modos, el primer mercado mundial del plant-based es Reino Unido, que cuenta ya con 10 años de evolución, mientras que en España comenzó hace 6 o 7. Primero aparecieron las hamburguesas vegetales, a lo que siguieron otros productos con un poco más de textura y más variedad.

Es verdad que las perspectivas son distintas también en función de la región del país que miremos. En el norte, fuera de los núcleos urbanos, hay mucho por crecer. Donde la proteína vegetal está hoy más desarrollada es en las grandes ciudades, por lo que la oportunidad de conversión fuera de ellas es enorme.

Y estamos solamente al principio de ese camino. 


En abril recibieron el Premio Innoval de Alimentaria a la mejor innovación internacional por Future Tvna, vuestro atún vegetal hecho a partir de soja, guisantes y garbanzos. ¿Cómo ha sido el proceso de desarrollo de Future Tvna?

El primer producto que desarrollamos fue la hamburguesa y, a partir de esa carne picada, las albóndigas, las salchichas y el pollo. Pero uno de los grandes retos que tenemos en el ámbito de la sostenibilidad está en los mares. Lo que pasa es que, como no vemos lo que hay dentro, no somos conscientes de ello. Por eso, nuestra idea es ampliar nuestra visión empresarial y nuestro portfolio con la proteína del pescado. De momento hemos desarrollado nuestro atún, y estamos trabajando para conseguir otros productos.

Para su elaboración, mantenemos la misma mezcla de base, proteína hecha de soja, guisantes y garbanzos, y lo mezclamos con un aceite de oliva que contiene unas micro algas que son las que le dan el sabor a mar. Además, también hay un aporte de Omega 3, con los beneficios asociados que conlleva. Trabajamos muy de cerca con un equipo de ingenieros en Australia para conseguir el sabor característico del Océano Pacífico en nuestro atún.


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Future Tvna ha sido desarrollado por ingenieros y expertos en alimentación australianos. Imita el sabor, textura y aspecto que tiene el atún que hemos conocido hasta ahora. Está hecho a base de soja, garbanzos y guisantes, mezclado con aceite de oliva con micro algas y Omega3. El salón Alimentaria le otorgó el pasado mes de abril el Premio Innoval al mejor producto internacional.

Cada vez vemos más productos plant-based en el mercado. ¿Es una tendencia que ha llegado para quedarse?

Sí, estoy seguro. La proteína del futuro será cada vez más plant-based. No va a ser de un año para otro, pero es evidente que este cambio está viviendo una aceleración.

Las proyecciones de crecimiento se actualizan al alza cada año. El año pasado se esperaba que en una década el mercado mundial del plant-based llegara a los 160 billones dólares. Las proyecciones hoy apuntan ya a un mercado de 190 o 200 billones y solo en 7 u 8 años.

Nosotros estamos en 28 mercados y lo vemos en los 28. Es verdad que cada uno está en un momento y que el consumo de carne es también una cuestión cultural. Pero hay que tener en cuenta, y esto es muy interesante, que cuanto más cárnico es un país, mayor es la oportunidad para el mercado de proteínas alternativas. Las razones de mayor peso para que el consumidor apueste por ellas son una mayor preocupación por la sostenibilidad y la salud.

Nos gusta el sabor de la carne, hemos crecido en una cultura cárnica, y por ello es fundamental tener una alternativa a un producto que imite su sabor, textura y apariencia. No se puede convertir un carnívoro de un día para otro en alguien que solo se alimenta de plantas. Por ello, cada vez hay más flexitarianos. Y si partimos de un consumo de carne de 3 veces por semana, uque una vez lo sustituyan por plant-based es una oportunidad. Esto es el futuro más próximo. Así, contamos con que la proteína vegetal alternativa se haya hecho con el 10% del mercado cárnico de hoy –incluyendo pescado– en solo 5 años.


¿Qué herramientas se necesitan para potenciar la innovación en alimentación tanto en nuestro país como a nivel europeo e internacional?

Innovación e investigación y desarrollo son las áreas que se llevan la mayor parte de nuestras inversiones como empresa. Es un proceso continuo, que demanda mucha comunicación entre los distintos países para compartir qué está pasando en diferentes lugares.

Herramientas que pueden ayudar a desarrollar productos innovadores son las partnerships con los grandes distribuidores en el mundo. Un trabajo de innovación colaborativa entre la industria y los retailers es fundamental para acelerar las innovaciones y para acercarlas rápidamente a los consumidores.

La innovación colaborativa es un proceso que nos gusta mucho hacer con nuestros partners clave. Lo hacemos con Sainsbury’s en el Reino Unido, con Carrefour, Walmart, Metro… Trabajamos conjuntamente para desarrollar nuevos proyectos. Y queremos cada vez más relaciones de este tipo con distribuidores, que pueden ser locales, regionales, quienes tienen el contacto directo con los consumidores y nos permiten escuchar qué piden.


¿Cuáles son los principales retos y oportunidades para el sector de la alimentación vegetal?

La industria y las marcas que trabajamos en este mercado tenemos la responsabilidad de explicar a los consumidores de dónde vienen nuestros productos, de qué están hechos, y romper algunos tabús que existen sobre la alimentación plant-based. Nos alegra que cada mes haya una nueva empresa o tecnología que apuesta por este tipo de proteína porque solo pueden sumar a esta pedagogía. Es un beneficio para todos, especialmente para el planeta, donde vivimos, nuestra casa.

Una de nuestras prioridades es comunicar desde la integración y no desde el combate. Nos posicionamos como una alternativa y trabajamos para que la proteína vegetal pueda estar al lado de la cárnica como una opción más.

En cuanto a normativas, debemos seguir trabajando para que las etiquetas informen lo más fielmente de la realidad del producto. Creo que todos podemos beneficiarnos de una comunicación fluida entre la industria y los gobiernos para desarrollar normativas más claras, que faciliten la entrada de nuevos productos y tecnologías que antes no existían.

“Cuanto más cárnico es un país, mayor es la oportunidad para el mercado de proteínas alternativas”.

“La prioridad es comunicar desde la integración y no desde el combate. La proteína vegetal puede convivir con la cárnica como una opción más”.

EVOLUCIÓN DEL FUTURE FARM

    Lugar y año de fundación: Brasil, 2019. Entra en España en abril de 2022 de la mano de Ametller Origen.

    Productos: Hamburguesas, tiras de pollo, salchichas, carne picada, albóndigas y atún plant-based.

    Plantas de producción: Formulación y producto propio centralizado en Brasil.

    Países en los que está presente: 28 en total, entre ellos Reino Unido, Suecia, Italia, Emiratos Árabes Unidos, México y Estados Unidos.

    Canales de distribución: E-commerce propio (no disponible todavía en España), marketplaces, canal horeca y retailers.

    Colaboraciones con otras marcas: Ensaladas veganas preparadas con Groots, otra empresa joven de alimentos cultivados de manera sostenible.

    Valoración de la compañía: 400 millones de dólares tras la última ronda de financiación serie C.

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LORENA ANTÓN
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lanton@aecoc.es