La industria alimentaria está experimentando una nueva ola de disrupción tecnológica. Esto se debe en gran medida a un aumento en la inversión global en tecnología agrícola. Se estima que la demanda de alimentos se disparará en las próximas décadas, mientras los rendimientos de los cultivos se reducirán en una cuarta parte en el mismo periodo. Presentamos 5 innovaciones en food tech que buscan superar este y otros desafíos importantes del sector alimentario.

1. Carne de laboratorio

La carne cultivada en laboratorio pronto llegará a nuestras mesas. Cuando se presentó la primera hamburguesa cultivada en 2013, su producción costó 280.000 dólares. Ahora las start-ups del sector aseguran que pronto podrían llegar a los supermercados por unos 10 dólares cada una.

  • En todo el mundo, se espera que la demanda de carne aumente en un 70% para el año 2025. La producción en masa de carne cultivada podría llenar este vacío. La consultora AT Kearney predice que para 2040 el 60% de toda la carne consumida a nivel mundial provendrá de sustitutos cultivados en laboratorio o en alternativas de origen vegetal.
  • La industria de la carne está siendo muy criticada por su contribución al calentamiento global. El Instituto Adam Smith reveló que dejar la cría y el sacrificio de animales podría reducir las emisiones de efecto invernadero hasta en un 96% en todo el mundo.

2. Packaging biodegradable

La dependencia del plástico es insostenible. En la prisa por adoptar materiales ecológicos, muchos retailers y restaurantes han comenzado a usar envases que, si se analizan detenidamente, todavía representan una amenaza para el medio ambiente. Por ejemplo, la cadena estadounidense de restaurantes Chipotle estaba sirviendo comida en unos tazones compostables que contenían altos niveles de flúor, un compuesto tóxico.

  • Muchas empresas están desarrollando alternativas biodegradables que aprovechan el desperdicio alimentario. Científicos han encontrado un uso para los cerca de 8 millones de toneladas métricas de desechos de mariscos que se generan cada año, convirtiendo la quitina de las conchas en quitosano, que sirve como envoltura de plástico biodegradable que podría usarse en el envasado de alimentos.

3. Ghost kitchens

Llamadas también dark kitchens, ‘cocinas fantasma’ o ‘cocinas en la nube’, se centran exclusivamente en hacer entregas de comida rápida. No tienen espacio para comer in situ, por lo que pueden reducir los costes de mano de obra y alquiler. Uno de los principales actores en este sector es Rebel Foods, que opera 235 cocinas en 20 ciudades de la India y ya prepara su expansión global.

  • En Estados Unidos, la industria de servicios de reparto de comida está valorada en 19.000 millones de dólares. Sin embargo, la creciente popularidad de servicios como Deliveroo y Uber Eats puede ser una mala noticia para los restaurantes locales. Los gastos de envío pueden representar entre un 25% y un 35% en comisiones, lo que puede afectar los de por sí escasos márgenes de beneficio de los restaurantes. Muchos están optando por eliminar al intermediario y adoptar un modelo de restaurante completamente virtual.

4. Agricultura vertical

Hay grandes esperanzas de que la agricultura vertical pueda reinventar el modo de producir alimentos y satisfacer la creciente demanda. La agricultura vertical hace referencia a los cultivos situados en zonas interiores en áreas urbanas, generalmente dentro de grandes almacenes. Las granjas urbanas presentan una solución atractiva en países donde hay muy poca tierra cultivable o que dependen mucho de los alimentos importados.

  • Las granjas verticales utilizan mucha menos tierra y agua, no necesitan pesticidas y pueden generan entre un 200% y un 400% más de rendimiento gracias a un monitoreo constante de las plantas. Sin embargo, actualmente utilizan una cantidad significativa de energía en sistemas hidropónicos y luz artificial. Mientras no puedan aprovechar la energía renovable a gran escala, una opción más sostenible podría ser aprovechar el espacio de las azoteas en las ciudades.

5. Supercultivos

Con un clima cada vez más extremo, se requerirán cultivos más resistentes y al mismo tiempo más nutritivos. Esto es posible mediante la cría selectiva y la biofortificación, proceso que agrega micronutrientes a los alimentos en la etapa agrícola cruzando variedades de plantas con sus parientes silvestres. Otra opción es la ingeniería genética: los científicos creen que podrían modificar genéticamente los cultivos para hacerlos más resistentes a la sequía.

  • Ejemplos de estos supercultivos serían el arroz ‘submarino’, que puede sobrevivir incluso si se sumerge bajo el agua durante dos semanas, y los frijoles ricos en hierro, que pueden soportar un cambio de temperatura de hasta 4 grados. Científicos de Dubái están modificando cultivos como la quinoa para que puedan prosperar en desiertos áridos. Cultivos como este podrían ser revolucionarios en áreas como el África subsahariana, donde prevalece la desnutrición y la falta de nutrientes vitales, cruciales para evitar enfermedades.

Fuente: The New Economy

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