Desarrollo equilibrado y sostenible
España ha experimentado una gran transformación económica que ha renovado su modelo productivo y su papel internacional. En este cambio, el turismo se ha convertido en un motor clave, no solo por su impacto en el PIB y el empleo, sino también por su capacidad para unir regiones, impulsar territorios y combatir retos sociales como la despoblación. Entender cómo turismo y hostelería fomentan un desarrollo equilibrado y sostenible es esencial para el futuro del país.
Una necesidad. Avanzar hacia un modelo menos polarizado en los grandes destinos urbanos y costeros.
Transformación económica
Durante las últimas décadas la economía española ha experimentado una transformación sustancial de su estructura productiva. Nuestro patrón de crecimiento se hizo más europeo, desarrollando con intensidad su sector servicios y abriéndose a la internacionalización. En este proceso de apertura, las actividades relacionadas con el turismo y las exportaciones de servicios turísticos han jugado un papel fundamental tanto a nivel económico como en términos de posicionamiento global.
La importancia del turismo
Hoy, el turismo es una de las principales fortalezas de la economía española, contribuyendo a generar una parte sustancial del PIB (12,3%) y del empleo (11,6%), y posicionando a España como uno de los destinos más competitivos del mundo. En 2024, en torno a 94 millones de turistas internacionales visitaron nuestro país –un volumen tan solo superado por Francia–, estableciendo un récord que previsiblemente se volverá a batir en 2025.
Esta pujanza responde a distintos factores de atracción, entre los cuales figuran la creciente profesionalización y calidad de los servicios de hostelería y restauración a lo largo y ancho del territorio. Hoy no es en absoluto raro encontrar excelentes restaurantes en pequeños municipios rurales, fuera de los grandes núcleos de generación de actividad y empleo. Además, turismo y hostelería mantienen una relación sinérgica, se alimentan recíprocamente. A modo de ejemplo: en 2024 los turistas gastaron más de 33.000 millones de euros en alojamientos y otros 31.000 millones en gastronomía. Este binomio, turismo y hostelería, se ha convertido en un motor económico fundamental para muchas regiones del país.
Cohesión territorial a través del turismo
Pero quizá lo más relevante, y a menudo menos debatido, es el papel que tanto el turismo como el sector de la hostelería y la restauración pueden desempeñar como herramientas de cohesión territorial y demográfica. En un país marcado por fuertes desequilibrios entre regiones urbanas y rurales, entre la tranquila España interior y el populoso litoral, el turismo, la hostelería y la restauración actúan como mecanismos de redistribución geográfica del crecimiento y de la actividad económica. Cada vez que un visitante se desvía de los destinos tradicionales y consume en una zona menos poblada, contribuye –aunque sea mínimamente– a dinamizar economías locales donde el mercado es más reducido y acotado.
Esta dimensión redistributiva es crítica para países como España, donde la despoblación y el envejecimiento afectan a buena parte del territorio interior. No se trata solo de atraer visitantes, sino de generar actividad económica estable y empleo allí donde más se necesita.
LAS CIFRAS DEL TURISMO
12,3% del PIB.
11,6% del empleo.
94 millones de turistas internacionales.
60% nos visitaron en los meses de junio, julio, agosto y septiembre.
30% de los turistas nacionales eligen un destino rural.
33.000 millones de euros de gasto en alojamientos y otros 31.000 millones en gastronomía.