Rosa Galende C84
CONGRESO AECOC – OCTUBRE 2020

Casi 50.000 empresas menos. Ese es el balance, de momento, de la crisis del Covid. No obstante, también son muchas las empresas que están saliendo adelante como pueden, según nos explica en esta entrevista el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. Desde su punto de vista, la experiencia de estos meses nos dice que hay que tratar de encontrar un equilibrio entre la garantía de salud para los ciudadanos y el mantenimiento en la medida de lo posible de la actividad empresarial.

Antonio Garamendi
Presidente de CEOE

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LAS FRASES

  • “La crisis va a ser duradera. Por ello será necesario mantener ciertas ayudas que se han revelado como efectivas, como los avales públicos o los ERTEs”.
  • “Los fondos europeos para la reconstrucción son un balón de oxígeno. Debemos ver en ellos una oportunidad para salir de la crisis, y además de hacerlo modernizando y haciendo más eficiente nuestro modelo productivo”.
  • “En CEOE hemos puesto en marcha la Oficina Técnica de Apoyo para Proyectos Europeos, junto a PwC, que pretendemos que ayude a acercar esos 140.000 millones de euros de fondos europeos a las empresas que quieran beneficiarse”.
  • “Si salvamos el empleo, los trabajadores tendrán más seguridad a la hora de consumir. La literatura económica nos dice que el empleo empuja más el consumo por sí mismo que los incrementos salariales, por ejemplo”.
  • “Si planteamos en estos momentos una reforma laboral que cambie sobre la marcha el tablero de juego del mercado laboral, corremos el riesgo de que se genere desconfianza entre las empresas y se deje de contratar en muchos casos”.
  • “Las empresas necesitan resultados, pero también sirven al bien común y, en estos momentos, debemos tener esto muy presente”.

Rosa Galende: ¿Qué impacto está teniendo la crisis del Covid-19 en las empresas?

Antonio Garamendi: Enorme. Con datos del mes de agosto, hay en España unas 47.500 empresas menos que en el mes de febrero, y es previsible que, en tanto se alargue esta crisis, muchas empresas no podrán aguantar, especialmente en los sectores que están sufriendo el mayor impacto. Inevitablemente, muchas tendrán que cerrar. Incluso antes de ese desenlace, muchas empresas están saliendo adelante como pueden. En este contexto, ciertas ayudas como los ERTEs o los avales públicos han sido claves para poder mantener la actividad y, en este sentido, va a ser necesario mantener este tipo de apoyos como han recomendado ya el Banco de España o el Fondo Monetario Internacional (FMI).

¿Cómo valora la actuación de la cadena de valor del gran consumo y de los líderes empresariales en este periodo?

Sinceramente, no diría que sorprendido. Creo que esta crisis está mostrando a la sociedad la cara más solidaria de las empresas. Una que siempre ha estado ahí, pero que nunca ha sido tan visible. Como hemos dicho, la crisis ha golpeado muy fuerte a las empresas y aún así los suministros no han cesado. Las cadenas de valor han funcionado despejando una incertidumbre que hubiera sido muy perjudicial. Creo que nadie ha dudado de que los suministros no se iban a interrumpir y eso ha sido fundamental para poder mantener el orden y el buen funcionamiento de la economía en estos últimos meses.
Creo que con el tiempo valoraremos todavía más lo que han hecho las empresas, reinventándose en muchos casos, exprimiendo su creatividad y generando alianzas. Y también creo que los líderes empresariales hemos sabido entender el papel y la responsabilidad de nuestras organizaciones en esta crisis. Somos el motor de la economía y tenemos el deber de tirar de ella para que la reconstrucción sea una realidad.

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¿Qué aprendizajes nos deja esta etapa?

Muchas enseñanzas, sin duda. Quizás una muy importante que enlaza con lo dicho en las preguntas anteriores. En los peores momentos, la unidad y la confianza de todos es fundamental. Más aún, diría que solo podremos llegar a los mejores momentos por esa vía. La ciudadanía y las empresas hemos sido ejemplares cumpliendo las obligaciones que nos dictaban las autoridades sanitarias y hemos trabajado sin descanso y en condiciones que no siempre han sido las idóneas. Era una situación excepcional que tenemos que ir mejorando poco a poco. Ahora es necesario mantener un clima de moderación y confianza, de consenso y diálogo para entre todos seguir reconstruyendo. La crispación que en ocasiones vemos en el ámbito político no ayuda.

¿Qué medidas son necesarias para la reactivación económica y social?

La experiencia de estos meses nos dice que hay que tratar de encontrar un equilibrio entre la garantía de la salud de los ciudadanos y el mantenimiento en la medida de lo posible de la actividad. De un lado, es preciso seguir los mandatos de las autoridades sanitarias, aunque en este caso añadiría que es necesario que las acciones sean coordinadas y ágiles para que podamos contar con la mayor seguridad jurídica posible. En la vertiente económica, por supuesto, no podemos dejar a nadie atrás, como ya establecía la Agenda 2030 incluso antes de esta pandemia. Esto implica poner el gasto público al servicio de los que más lo necesitan, ya sean ciudadanos o empresas, sin meternos en gastos estructurales que no correspondan a las necesidades de la pandemia. En nuestro caso, en el de las empresas, seguimos diciendo que la crisis va a ser duradera, que no podemos pensar que en 2021 habremos recuperado los niveles de renta precrisis, que se van a seguir destruyendo empresas… y que, por ello, será necesario mantener ciertas ayudas que se han revelado como efectivas como los avales públicos o los ERTEs.
Además, contamos con un balón de oxígeno que son los fondos europeos para la reconstrucción. Debemos ver en ellos una oportunidad para salir de la crisis, y además de hacerlo modernizando y haciendo más eficiente nuestro modelo productivo. Bruselas tiene claro que ese dinero habrá que gastarlo con criterio, poniendo el acento en la digitalización, la formación o la sostenibilidad. Y que ello pasará por una serie de condicionalidades que nos devuelven a ese equilibrio fiscal que siempre hemos puesto en el frontispicio, aunque ahora se dilate en el tiempo.
En CEOE hemos puesto en marcha la Oficina Técnica de Apoyo para Proyectos Europeos, junto a PwC, que pretendemos que ayude a acercar esos 140.000 millones de euros de fondos europeos a las empresas que quieran beneficiarse.

“La tasa de ahorro se ha disparado por encima del 30%. Los españoles han empezado a acumular un ahorro preventivo por lo que pueda pasar”.

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En concreto, ¿Qué medidas económicas necesitamos para reactivar el consumo y la creación de empleo?

El consumo va muy de la mano de la confianza y del empleo, en efecto. Recientemente hemos visto como la tasa de ahorro se ha disparado por encima del 30%. Esto lo que nos dice es que los españoles han empezado a acumular un ahorro preventivo por lo que pueda pasar. Por tanto, necesitamos generar confianza para que el consumo vuelva a fluir.
Esto se puede hacer de muchas maneras. En CEOE consideramos que la extensión de los ERTEs va a dar confianza para que las empresas puedan seguir contratando en la medida en que tengan demanda. Si salvamos el empleo, los trabajadores tendrán más seguridad a la hora de consumir. La literatura económica nos dice que el empleo empuja más el consumo por si mismo que los incrementos salariales, por ejemplo. Ahora bien, si subimos el IVA a la educación y a la sanidad privadas, muchas familias que se decantan libremente por esta opción, tendrán que dedicarle más recursos a este gasto y recortarán de otros, si es que aguantan la subida y no recurren a la enseñanza pública, que tendrá que absorber esta demanda sobrevenida. Ese es otro debate.
Finalmente, tenemos que pensar que si planteamos en estos momentos una reforma laboral que cambie sobre la marcha el tablero de juego del mercado laboral, corremos el riesgo de que se genere desconfianza entre las empresas y se deje de contratar en muchos casos.

“Las ayudas de Europa habrá que gastarlas con criterio, poniendo el acento en la digitalización, la formación o la sostenibilidad”.

¿Cuáles son los principales riesgos y oportunidades del escenario económico nacional e internacional a corto y medio plazo?

Los riesgos, los que hemos venido comentando. Si la gestión de la crisis no es la adecuada, puede cundir la desconfianza y toda la economía se resentirá. También hay que meter en la ecuación de los riesgos la posibilidad de que esa misma desconfianza se traslade al exterior y España pierda atractivo como destino de inversiones o como lugar de vacaciones, factor este último también directamente relacionado con el consumo. Por añadir algo más, nos adentramos en una etapa en la que la exigencia de gasto para el Estado va a ser muy fuerte y tenemos que pensar que en algún momento tendremos que volver al equilibrio de las cuentas públicas, con lo que hay que ser muy cautelosos con el objeto del gasto.
Por el lado de las oportunidades, creo que sin duda los fondos europeos nos van a traer recursos para modernizar nuestras administraciones, acelerar la transición hacia una economía más digitalizada y sostenible; y todo ello de la mano de la formación profesional. Si no formamos a nuestras empresas y a nuestros trabajadores no podremos adaptarnos a ese cambio brusco que, de hecho, ya se está produciendo. Tenemos que aspirar a ser una economía más eficiente, productiva e inclusiva y, aunque sea por un motivo como es la reconstrucción de un país, merece la pena hacer todos los esfuerzos.

En este contexto, ¿cuál es su mensaje para los directivos de las empresas, grandes o pequeñas?

Sin duda, que sean conscientes de la responsabilidad que todos tenemos en estos momentos. Somos el engranaje de una economía que necesita volver a funcionar. Eso nos exige ser lo más estrictos posible a la hora de salvaguardar la salud de los trabajadores y clientes; trabajar con generosidad para que en nuestro ámbito de acción podamos seguir dando el servicio que prestemos; y sobre todo que tengamos altura de miras para saber adaptarnos a los cambios. Es el momento de ser flexibles, de abrazar las oportunidades de digitalización, las nuevas formas de organización del trabajo, etc. Lo he dicho muchas veces, las empresas necesitan resultados, pero también sirven al bien común y, en estos momentos, debemos tener esto muy presente.

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ROSA GALENDE
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