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Patricia Català

Código 84 280 | Septiembre 2025

pcatala@aecoc.es

María Hernández-Alcalá y Elena Pérez Fundadoras de Futurlife21

Impulsar el consumo de los productos frescos e informar al consumidor para que aprenda a disfrutarlos. Con esa misión, Elena Pérez y María Hernández-Alcalá, madre e hija, crearon Futurlife21. A través de cursos, talleres, libros e incluso una app, este proyecto busca poner de moda la alimentación saludable, nutritiva y deliciosa, fomentando hábitos sostenibles y derribando mitos en torno a la comida. Hablamos con ellas sobre su visión del sector agroalimentario español y las claves para potenciarlo en el futuro.

El sistema Futurlife21

Nacido de la visión de Elena Pérez, bioquímica y bióloga molecular especializada en nutrición aplicada, y su hija María Hernández-Alcalá, bioquímica experta en nutrición clínica y salud pública, Futurlife21 se ha consolidado como un sistema de reeducación alimentaria que ha logrado un reconocimiento cada vez mayor, con casi 800.000 seguidores en Instagram.
“¡Diez veces el Bernabéu!”, comentan madre e hija todavía impresionadas por la cifra. Su propuesta no solo ha transformado hábitos, también ha dejado huella en el lenguaje: utilizan palabras como ‘colirroz’ –para nombrar el falso arroz de coliflor– o ‘futur’ –sinónimo de saludable– que ya forman ya parte del vocabulario de muchos de sus seguidores. Tal es su éxito en redes sociales que consiguieron agotar una espátula de Ikea, rebautizada como ‘paleni’ (de pala y Eleni), que hoy aparece directamente al buscar en Google bajo ese nombre.

En su centro desarrollan un programa de ocho semanas que busca ir más allá de enseñar a comer: persigue crear hábitos saludables para toda la vida. Los alumnos aprenden cómo reacciona el cuerpo a los distintos alimentos, qué opciones elegir y cómo combinarlas para perder grasa y maximizar salud. Además, imparten talleres abiertos al público, empresas e instituciones, en los que combinan rigor científico, hábitos sostenibles en el tiempo y sobre todo la defensa del producto fresco –especialmente frutas y hortalizas– como pieza clave de la dieta. A ello suman tres libros de recetas y consejos, una guía de alimentación infanto-juvenil, un cuento infantil y su recientemente estrenada aplicación móvil.

Frente a las modas pasajeras y los mensajes alarmistas, Futurlife21 reivindica otra manera de divulgar: positiva, cercana y basada en la evidencia. Su misión es clara: enseñar a comer, disfrutar de la alimentación y comprenderla como la base de la salud física, emocional y genética.

Claves para el día a día

La propuesta de Futurlife21 se traduce en una serie de principios:

  1. Apostar por lo fresco como norma, no excepción. “El 80%-90% de lo que consumimos debería ser fresco”, subraya María. Esto significa reforzar la presencia de frutas y hortalizas en la oferta, visibilizarlas, innovar en presentaciones y educar al consumidor sobre su uso.
  2. Romper con los mitos dañinos. Afirman que la industria tiene en su mano derribar prejuicios y comunicar desde la ciencia. Elena lo ejemplifica con el aceite de oliva virgen extra: “Hay quien lo evita porque cree que engorda, pero es maravilloso. Incluso entre sus múltiples beneficios se encuentra el de ayudar a evitar picos de glucosa e insulina. Paradójicamente, quienes dejan de tomarlo acumulan grasa más rápido”.
  3. Educar con ejemplos claros y prácticos. Apuestan por la divulgación como herramienta de empoderamiento social. “El tomate aporta más vitamina C cuando se consume crudo, y es una excelente fuente de licopeno –un potente antioxidante que protege las células del daño de los radicales libres– al cocinarlo con aceite. Por eso lo ideal es combinar ambas formas de consumo”, explican. Mensajes sencillos y concretos como este generan confianza y acercan el conocimiento a la vida cotidiana.
  4. Enseñar a cocinar como estrategia de salud. “Hay que romper con la idea de que alimentarse bien es complicado. Y es fundamental transmitirlo a las nuevas generaciones. Es preocupante que muchos jóvenes no sepan hacer unas lentejas”, advierte María. Recuperar el hábito de cocinar significa abrir un espacio de conexión con los alimentos, algo que el sector debe fomentar, y es que, tal como defienden, “las nuevas generaciones no pueden crecer pensando que la comida viene en un globo”.
  5. Incorporar la salud como parte del liderazgo en las empresas. “Muchas personas viven con una carga enorme de trabajo y no prestan a su salud la atención que merece. Ese es el error. La salud debería estar en el primer lugar. No hay que esperar a perderla para valorarla”, comenta María. A lo que añade que “un líder tiene una responsabilidad añadida: ser coherente. Si eres referente dentro de tu empresa debes predicar con el ejemplo. Tus hábitos influyen en tu equipo”. Esto implica incorporar prácticas saludables a la cultura corporativa–desde el comedor hasta los programas de bienestar–, pero también aplicarlas en la vida personal, para que el mensaje sea coherente y creíble.

LAS FRASES

“La clave de una alimentación saludable está en la calidad de los productos, en cuidar los ingredientes y los procesos, pero también hay que enseñar a las personas a elegir, cocinar y alimentarse”. María Hernández-Alcalá

“Hay que romper con la idea de que alimentarse bien es complicado. Y es fundamental transmitirlo a las nuevas generaciones. Es preocupante que muchos jóvenes no sepan hacer unas lentejas”. María Hernández-Alcalá

“Vivimos en la sociedad más sobrealimentada y peor nutrida de la historia”. Elena Pérez

“Comer bien debe ser fácil y placentero. Es esencial entender cómo los alimentos influyen en nuestro organismo, y contar colores en el plato en lugar de calorías”. Elena Pérez

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