Rosa Galende, C84
Nº 228 – MAYO 2020

Los profesionales de la logística del gran consumo han sido claves durante la crisis del Covid-19, porque en sus manos ha estado garantizar el abastecimiento de alimentos y bienes de primera necesidad a una población confinada, desde 400 plataformas logísticas a 24.300 tiendas. Y también hasta los hogares de los clientes, ante el crecimiento del e-commerce. Tal como explica en esta entrevista María Tena, gerente del Área de Logística y Transporte de AECOC, las dificultades han sido muchas y han puesto a prueba a todo el sector que ha superado con nota los momentos más críticos, “siendo un ejemplo de eficiencia y competitividad”.

María Tena
Gerente del Área de Logística y Transporte de AECOC

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UNA LOGÍSTICA FUERTE, QUE TIENE QUE MEJORAR PARA ADAPTARSE A LOS NUEVOS RETOS

  • La logística del gran consumo ha sido crucial durante esta pandemia para asegurar el abastecimiento de alimentos y bienes de primera necesidad.
  • De cara a futuro, el panorama logístico presenta muchas incertidumbres: evolución de la demanda, niveles de inventario necesarios para asegurar el servicio, los precios de los servicios logísticos, la disponibilidad de instalaciones, la contratación de personal, la capacidad y precios del transporte, el e-commerce, etc.

4 LÍNEAS DE MEJORA QUE NOS ABRE LA CRISIS DEL COVID-19

  1. Colaboración, para ser más ágiles y flexibles.
  2. Transparencia, para mejorar la visibilidad y la digitalización de la cadena.
  3. Análisis de riesgos, para estar preparados ante cualquier tipo de disrupción.
  4. Resiliencia, para adaptarnos rápidamente a los cambios.

Rosa Galende: ¿Cómo se ha visto afectado el sector logístico durante esta crisis?

María Tena: Si hablamos del sector logístico en general, podemos decir que ha sufrido una bajada en su actividad debido al cierre de servicios no esenciales, a las limitaciones de movilidad y al cambio en los hábitos de consumo. El impacto en las cadenas de suministro ha sido desigual. El comercio electrónico ha crecido como no hubiéramos podido imaginar hace unos meses –duplicando su cuota de mercado en gran consumo– mientras que la logística del textil, la automoción o la de la hostelería, por el cierre de establecimientos, ha visto como su actividad se ha reducido de una forma drástica.
En cambio la logística asociada al sector del gran consumo ha cobrado una gran importancia durante esta pandemia por su labor para evitar el desabastecimiento de alimentos y bienes de primera necesidad, suministrando una red de 24.300 tiendas, entre supermercados e hipermercados, desde unas 400 plataformas logísticas repartidas por todo el país. Su labor ha sido crucial. En particular, creo que esta crisis sanitaria ha puesto de manifiesto que la logística del gran consumo en nuestro país es sinónimo de eficiencia y competitividad. Se ha demostrado su fortaleza y su resiliencia.

¿Cuáles han sido los puntos más críticos?

Ha habido muchos momentos críticos debido a la volatilidad de la demanda y la necesidad de garantizar la disponibilidad de producto en las tiendas. Se ha hecho un gran esfuerzo por mantener la continuidad del suministro a pesar de los bajos niveles de inventario del sector, de los niveles de absentismo y otras dificultades. Y todo esto, sostenido en el tiempo.
El objetivo de todos era dar respuesta, abastecer a la población sin pensar en el coste, y que el personal pudiera trabajar en un entorno seguro. Sin duda esta situación ha puesto a prueba nuestra capacidad de reacción. Dado que esta crisis no se pudo anticipar ni planificar, el coste de esta reacción va a afectar claramente a la rentabilidad de las operaciones.

¿Qué medidas han puesto en marcha nuestras empresas en el ámbito logístico y en el transporte para la prevención?

Sobre todo se han intensificado las medidas de higiene, limpieza y desinfección en las instalaciones, siguiendo todas las recomendaciones del Ministerio de Sanidad. Se han marcado pautas para los trabajadores, protocolos de entrega que minimizan el contacto y el teletrabajo siempre que ha sido posible.
La primera semana de esta crisis ya trabajamos con las empresas del Comité de Logística de AECOC en un protocolo para la prevención del Covid-19 en operaciones de logística y transporte y en las últimas semanas hemos publicado un conjunto de recomendaciones para la prevención de contagios también en entornos logísticos. Creemos que con tantas incertidumbres esta información ha sido de gran utilidad para nuestros socios.

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Los profesionales de logística y el transporte. Han realizado un trabajo extraordinario que ha aportado tranquilidad y confianza a los consumidores.

Desde el punto de vista de la logística y el transporte, ¿qué otras medidas ha tomado AECOC para estar al lado de las empresas y ayudarlas en estos momentos?

En estas circunstancias, más que nunca, hemos querido estar cerca de las empresas y serles útiles. Por ello durante estas semanas hemos tenido interlocución directa con las distintas administraciones, ya que conocer de primera mano el nuevo panorama normativo que iba surgiendo durante el estado de alarma ha sido fundamental para asegurar la actividad.
Durante las primeras semanas nuestra actividad se centró principalmente en proponer medidas que hicieran más eficientes las operaciones de los sectores esenciales, garantizando a la vez la seguridad de las personas; medidas relacionadas con restricciones a la movilidad tanto en larga distancia como en ciudades, flexibilización de tiempos de conducción y descanso, utilización de EPIs…
Otro de los retos a los que nos hemos tenido que enfrentar ha sido a la implantación de medidas de prevención en almacenes y centros logísticos. La incertidumbre inicial sobre qué medidas se debían adoptar y la escasez de EPIs en las primeras semanas provocaron cierta heterogeneidad en el desarrollo de los protocolos de seguridad, cosa que repercutió en la operativa y, en ocasiones, lastró la productividad de algunos almacenes y centros logísticos.
Con el fin de aportar claridad y dotar al sector de instrucciones precisas para la implantación de medidas de prevención de contagios, conjuntamente con el Comité de Logística de AECOC, desarrollamos recomendaciones y protocolos de actuación.
Desde el punto de vista formativo, hemos puesto en marcha una serie de webinars gratuitos que nos han permitido estar cerca de más de 1.500 profesionales en estos días tan críticos.

¿Podrías compartir algunas de esas situaciones críticas vividas y cómo han sido capaces de resolverlas las empresas?

Estos días hemos visto en las empresas una gran capacidad de llegar a acuerdos, de innovar e implantar cambios en los procesos con el fin de atender las fuertes fluctuaciones de la demanda en algunas categorías durante las primeras semanas. Algunas han tenido que improvisar “almacenes de campaña” para atender los inesperados crecimientos de la demanda, cerrando en días e incluso en horas importantes acuerdos con operadores logísticos, empresas de transporte, proveedores de sistemas…
También hemos visto como algunos proveedores acordaban rápidamente con sus clientes la entrega directa a tienda o la racionalización del surtido. A falta de material del embalaje habitual, algunos han recurrido a cajas sencillas de cartón para poder servir el producto e incluso han utilizado material obsoleto o descatalogado del que disponían por dificultades en el suministro de esos embalajes.
Hemos visto también cómo algunos proveedores del canal horeca, tras la caída abrupta de la demanda, se han lanzado a la venta online, montando en días nuevos modelos de distribución a cliente final.
Asimismo, con gran dinamismo se han montado foodtrucks en los centros de distribución para ofrecer comida y bebida a los transportistas; se han repartido packs de comida, se han habilitado aseos y zonas de descanso.
En un contexto muy exigente, hemos sido capaces de formar al personal para que fuera polivalente y pudiera desempeñar distintas funciones en un almacén, incluso en remoto o con técnicos en otros países… Se han utilizado hasta drones para la desinfección de mercancías.
En el ámbito social, las iniciativas del sector logístico han sido muy variadas, con donaciones de elementos de manutención a entidades sociales, suministro gratuito de medicamentos a domicilio, servicio prioritario a personas vulnerables o personal sanitario, etc.
Personalmente, me parece admirable como en momentos de máxima tensión el personal de las áreas de logística y los propios transportistas han respondido con compromiso, realizando un esfuerzo extraordinario para satisfacer la demanda de los consumidores.

Récord de pedidos online. Estas semanas se han superado cifras de pedidos que manejábamos en el ‘Black Friday’.

¿Cómo están afrontando las áreas logísticas el proceso de desescalada?

Creo que el gran reto que tenemos en el corto plazo es extraer y asimilar todos aquellos aprendizajes, innovaciones y cambios que hemos sufrido para seguir aportando valor. Y hay que aprender rápido.
Una crisis de la escala del Covid-19 seguirá teniendo repercusiones inmediatas y de largo plazo en todo el mundo. Las acciones que llevemos a cabo durante esta fase van a sentar las bases para la recuperación.
Una vez pase el estado de Alarma habrá que ver, por sectores, las consecuencias económicas relacionadas con la reducción de la actividad y consumo para que podamos adaptarnos. Seguramente esta fase se va a caracterizar todavía por flujos irregulares, incluso por regiones, determinados por la demanda de transporte.
El panorama logístico presenta muchas incertidumbres más allá del comportamiento del consumidor: cómo se va a planificar la demanda, los niveles de inventario necesarios para asegurar el servicio, los precios de los servicios logísticos, la disponibilidad de instalaciones, la contratación de personal, la capacidad y precios del transporte, el e-commerce…

¿Qué retos y oportunidades se vislumbran como consecuencia de esta crisis?

En mi opinión, las oportunidades vendrán de la mano de la colaboración, en su sentido más amplio, entre proveedores, clientes, áreas de las compañías, y administraciones. El objetivo final es ser más eficientes, sostenibles y competitivos.
Las lecciones aprendidas han de contribuir a darle un nuevo sentido a las cadenas de suministro que, como hemos visto, son un pilar clave en los negocios.
Deberemos trabajar en cómo conseguir responder con rapidez a las fluctuaciones de la demanda, alineando de forma ágil los objetivos y planes de negocio con las operaciones.
Tendremos que poner en marcha sistemas de planificación más dinámicos y la gestión del inventario cobrará una mayor importancia. Uno de los mayores desafíos estará en identificar las limitaciones de nuestra cadena: el personal, las materias primas, la producción… Tenemos que analizar su impacto financiero para, a partir de ahí, adaptarnos a esta “nueva normalidad”.

Reacción rápida. Las empresas han respondido con almacenes de campaña, entrega directa a tienda, racionalización del surtido…

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El comercio electrónico en gran consumo ha despegado con la pandemia. ¿Qué implicaciones ha tenido esta circunstancia para las áreas logísticas y de transporte?

Es evidente que la venta online ha madurado y se ha consolidado entre los consumidores, así que veremos qué oportunidad nos puede ofrecer de aquí en adelante. En el sector de la alimentación, el comercio electrónico, hasta ahora no tan desarrollado, ha experimentado un fuerte crecimiento. Habrá que ver si este crecimiento es coyuntural o estructural.
En todo caso, el aumento desorbitado de la venta online de alimentación de la noche a la mañana ha supuesto para los distribuidores tener que transformar sus modelos desde el punto de vista estratégico, operativo y financiero. Hay distribuidores que en días han montado centros de preparación de pedidos o dark stores para asumir el crecimiento desorbitado de la venta online, con nuevo personal, sistemas de picking por voz… increíble. Estas semanas se han batido records de preparación de pedidos online, superando cifras que manejábamos en el Black Friday. Posiblemente esta crisis marque el comienzo de una nueva era “supermercados 2.0” donde de verdad se ofrezca una experiencia omnicanal a los consumidores.

¿Cómo afectará la crisis del Covid-19 a la logística del futuro?

En mi opinión, las cadenas de suministro van a tener que trabajar en el corto-medio plazo en algunos aspectos principales:

  • Colaboración. Desarrollar y fortalecer las relaciones más colaborativas será fundamental para generar cadenas de suministro más ágiles y con mayor capacidad de reacción.
  • Transparencia. Habrá que mejorar la visibilidad y la digitalización de la cadena. Las empresas deberán poder conocer permanentemente las limitaciones de capacidad de todos sus proveedores.
  • Riesgo. En el futuro será fundamental analizar las áreas de riesgo para prevenir la parálisis de las operaciones ante cualquier tipo de disrupción. Tendremos que considerar escenarios de crisis globales como la actual, cambios socio-políticos, picos de demanda, paradas de producción, faltas de suministro o incidencias en el transporte.
  • Resiliencia. Las cadenas de suministro han de mejorar su capacidad para adaptarse a los cambios. Ante imprevistos, deberemos tener preparadas alternativas para responder rápidamente y con el menor impacto posible en el servicio.

Seguramente nos enfrentaremos a crisis similares a esta en el futuro. Viendo cómo el sector ha respondido, tengo confianza en la recuperación y en que todos los integrantes de la cadena de suministro vamos a hacer lo imposible por adaptarnos y prosperar en una nueva realidad.

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ROSA GALENDE
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