Paco Borrás, Consultor
30/03/2020

Un sector tan esencial como el de la fruta y verdura está garantizando el abastecimiento, tanto al mercado nacional como al europeo, a pesar de las complicaciones logísticas y las restricciones de personal. El blindaje higiénico de los almacenes para evitar contagios es la medida prioritaria que deben aplicar las compañías ahora. Nos lo explica el consultor Paco Borrás, con una dilatada experiencia en el sector hortofrutícola español.

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Durante las últimas dos semanas, la demanda de frutas y verduras ha crecido día a día a causa de los efectos del COVID-19. En la tercera semana de marzo, cuando comenzó a aumentar el número de infectados y muertes, independientemente de que en España la mayoría eran personas mayores y con patologías previas, la alarma social descontroló las compras.
El auge de compras que se registró en los supermercados fue mucho mayor que el que se da en Navidad, por ejemplo. Los supermercados batieron sus récords semanales y diarios durante las primeras dos semanas de la crisis.
Aunque a nivel anecdótico los productos con más demanda fueron los de papel de celulosa, la leche, el pollo, las frutas y verduras también se vieron arrastradas por la compra compulsiva, muy por encima de las necesidades de la población.

Pico de demanda. Los supermercados batieron sus récords semanales y diarios durante las primeras dos semanas de la crisis.

Respondiendo a las exportaciones

Europa. Esta situación comenzó a trasladarse a Europa a mediados de marzo, y ahora ya se ha extendido a todos los países. En España ya hemos entrado en un período de “normalidad” y en los próximos días se espera que caigan las ventas, debido a que la acumulación de alimentos en los hogares será suficiente para responder al consumo real.
La avalancha de pedidos que se ha producido en toda Europa no se ha podido cubrir al 100%, pero hemos estado muy cerca. Las cargas tanto para el mercado interior como para Europa han estado entre un 20% y un 30% por encima de lo normal para estas fechas. En España, las imágenes de estantes vacíos en la sección de frutas siempre se producían a última hora de la tarde y al día siguiente volvían a estar llenas.
Durante las dos últimas semanas hemos trabajado con relativa “normalidad” en toda España, a un ritmo más rápido, pero sin problemas relevantes de personal ni en el campo ni en los almacenes. A esta situación ha ayudado una circunstancia singular: las regiones que suministran a Europa el 95% de las frutas y hortalizas son Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía, zonas que a fecha de hoy solo representan el 12% del total de infectados.
Empezamos a tener problemas logísticos a mediados de marzo debido a las colas en las fronteras de Italia, Austria, República Checa y Eslovaquia. Pero esto solo provocó ciertos retrasos en las entregas de frutas y hortalizas. Ahora ya volvemos a operar con más fluidez, porque al disminuir la producción industrial, el transporte se centra sobre todo en la alimentación.
Tuvimos problemas logísticos con algunos contenedores con destino a Asia, pero no para los que enviamos a países árabes o América. De todas maneras, recordemos que el 96% del mercado para la mayoría de nuestras frutas y hortalizas se encuentra en Europa, España incluida.

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Exportaciones cubiertas. Las regiones que suministran a Europa el 95% de frutas y hortalizas son Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía, que solo representan el 12% del total de infectados.

Impacto en la actividad de las empresas

Desde la declaración del estado de alarma, se han acumulado una serie de circunstancias internas y externas que han impactado en la operativa de las empresas de frutas y hortalizas:

  • Posible pérdida de fuerza productiva. Por ahora, aunque se está restringiendo el movimiento de personas (#QuédateEnCasa), sí que se permite a los trabajadores de los campos y almacenes ir a trabajar sin ninguna restricción. Pero empezamos a temer una cierta pérdida de fuerza productiva, sobre todo por la necesidad de atender a los niños.
  • Restricciones en almacenes. Esperábamos cierta reticencia de los trabajadores de los almacenes de envasado, donde se trabaja con un contacto más cercano unos con otros. Pero los almacenes están restringiendo la entrada de personal innecesario y marcando las distancias recomendadas entre cada trabajador. Además, algunos almacenes están organizando diversos turnos con menos personal.
  • Aumento de costes. Aunque no es políticamente correcto hablar de ello ahora, es cierto que el sector ya está asumiendo costes derivados de estas medidas, que afectan directamente y de forma progresiva a la productividad de los almacenes de cosecha y envasado.
  • Afectaciones logísticas. Empezamos a notar problemas logísticos, porque cuando el tráfico industrial empieza a fallar -por la parálisis de las grandes industrias automovilísticas, filiales y otras industrias- nos encontramos cada vez con menos cargas de retorno a España. Es decir, el hecho de que haya bajado el tráfico industrial implica que muchos de los camiones que salían de España con fruta y que volvían con carga para el sector industrial, ahora están volviendo vacíos. Lo ideal sería minimizar este tipo de traslados que suponen un sobrecoste que las compañías logísticas podrían trasladar, en parte, al sector de frutas y hortalizas.
  • Normalización de la demanda. Al principio de esta crisis, algunos clientes provocaron el aumento de la demanda de forma un tanto exagerada en cuanto a las necesidades reales de suministro. Poco a poco, parecen entender que esta es una guerra larga y que tenemos que trabajar todos juntos.

Algunos operadores mayoristas están buscando productos en el extranjero, pero empiezan a ver que el problema de la mano de obra de recolección y empaque se va a generalizar porque progresivamente se irán aplicando restricciones al movimiento de personas en casi todo el mundo.

Afectaciones logísticas. Cuando el tráfico industrial falla, por la parálisis del sector automovilístico y otras industrias, nos encontramos con menos cargas de retorno a España, es decir con camiones que vuelven vacíos y eso puede implicar un coste adicional para nuestro sector.

Blindaje higiénico de los almacenes

Sin duda, la medida prioritaria que deben aplicar las compañías del sector para abordar con las máximas garantías esta crisis es blindar higiénicamente los almacenes. Es fundamental que cualquier producto que entre esté desinfectado, que todos los trabajadores cuenten con la máxima protección (mascarillas, guantes, batas, etc.); que se garantice la máxima separación entre trabajadores que sea posible. Los almacenes deben aplicar la misma higiene que un hospital. Las frutas y hortalizas no transmiten el virus, pero sí lo pueden transmitir las personas que trabajan allí. Por eso tenemos que extremar las precaucionas. Todavía no se han notificado positivos en los almacenes, pero si se diera un primer contagio podríamos entrar en una espiral que acabe bloqueando el sector. No podemos permitirlo, tenemos que proteger a los trabajadores al máximo.

El sector está dando la talla

Naturalmente, la situación cambia tan rápido cada día que no es fácil imaginar la evolución a medio plazo. Aunque es bueno destacar que al menos en España la gente está empezando a apreciar lo que significa tener cerca un sector primario de frutas y hortalizas que ha sido capaz de resistir la avalancha de la demanda sin crear tensiones.
Si todos los europeos, valoran esta capacidad habremos conseguido que surja algo positivo de esta terrible desgracia.

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PACO BORRÁS
Consultor

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