Gonzalo García, director de Economía de AFI
David Tinajero, consultor del Área de Análisis Económico y de Mercados de AFI
Nº 232 – NOVIEMBRE 2020

2020. Un cambio de paso

El 2020 ha supuesto un punto de inflexión tanto en el ámbito económico como en el social. La crisis sanitaria vivida durante este año –y que continuamos viviendo– ha cambiado nuestra manera de relacionarnos, de hacer negocios y de trabajar.

El año comenzaba con la continuación de la progresiva ralentización del crecimiento y del empleo, que ya venía observándose durante todo el 2019. Así, a pesar de experimentar un crecimiento del PIB del 2% en el conjunto del año, el último trimestre ya registraba un crecimiento interanual del 1,7%. De esta manera, las expectativas para el 2020 auguraban un avance estable pero más comedido, acercándose al crecimiento potencial que se estimaba por entonces para la economía española (en torno al 1,6%). No obstante, a partir de marzo todas las previsiones y expectativas para este año quedaron totalmente inservibles.

La crisis sanitaria, que comenzó en China entre diciembre de 2019 y enero de 2020, acabó expandiéndose de una manera vertiginosa, gracias a la cada vez más interconectada sociedad actual. Situación que supuso un nuevo reto tanto económica como socialmente, dada la extrema anormalidad de este tipo de crisis. La rápida expansión del virus provocó que los gobiernos tomasen medidas extremas.

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Las diferentes vacunas. Pronostican un 2021 esperanzador, con una expectativa de gran crecimiento para la práctica totalidad de las economías avanzadas.

La pandemia y el ‘coma inducido’ de la economía

Todas las medidas adoptadas supusieron la aplicación de un “coma inducido” a la economía. De esta manera, la actividad económica española experimentó la mayor caída de toda su serie histórica, con tasas de crecimiento trimestrales de –5,2% en el 1T y de –17,8% en el 2T, haciendo que la economía española figurase entre las que habían sufrido un mayor impacto de la pandemia. La estructura sectorial de la economía española jugó un papel muy relevante en la explicación de ese comportamiento, con el peso del sector turístico y del sector de la restauración situando a España en una clara desventaja con respecto a nuestros vecinos.

No obstante, tras esos primeros meses de confinamientos, a partir de junio comenzó el proceso de normalización de la actividad social y económica. Con el levantamiento de las restricciones se produjo el estallido de una demanda interna embalsada durante los meses previos. De este modo, aunque se esperaba una fuerte recuperación en el 3T, el comportamiento de la actividad económica superó todas las expectativas creciendo un 16,7% con respecto al segundo trimestre, recuperando una buena parte de lo perdido.

Los datos de 2020. El PIB del conjunto del año caerá un 11,7%.

Vuelta a empezar con la segunda ola

Con estos antecedentes, las perspectivas vienen marcadas por la segunda ola de la pandemia y la aceleración de la carrera para el desarrollo y distribución de las vacunas contra el coronavirus. A pesar de que los datos de alta frecuencia todavía no reflejan una caída significativa de la actividad para el último trimestre, se espera que haya una pequeña contracción a raíz de estas nuevas medidas, dejando el crecimiento del conjunto del año en un descenso del 11,7%.

Cabe mencionar que esta nueva crisis nos ha dejado algunas notas positivas en diferentes esferas. En el mercado laboral, la entrada en escena de los famosos ERTE ha permitido romper la elasticidad histórica del empleo con la actividad económica. En el punto álgido de la crisis, los ERTE acogieron a más de 3,4 millones de trabajadores, evitando así que las listas del paro crecieran de manera desmesurada como en crisis anteriores. Por otra parte, la política fiscal ha recuperado el protagonismo que perdió en la última crisis financiera, con políticas novedosas como la promoción de avales crediticios por parte de los gobiernos o el gran plan fiscal europeo

Previsiones económicas. Se espera que el PIB avance un 6,4% en 2021 y un 5,8% en 2022, aupado por el impulso fiscal positivo del fondo de recuperación.

¿Y qué nos deparará el 2021?

Los últimos anuncios de la efectividad de varias vacunas pronostican un 2021 esperanzador, con una expectativa de gran crecimiento para la práctica totalidad de las economías avanzadas. Se espera que la situación económica evolucione positivamente a medida que un mayor porcentaje de la población es vacunada e inmunizada. Sin embargo, la atención también se centrará en los posibles problemas de producción y logística que muestren las empresas farmacéuticas. Nuestra previsión es que la situación sanitaria se vaya normalizando a lo largo del año, de manera que a finales del verano podamos alcanzar un nivel de actividad similar al que teníamos antes de la pandemia. Nuestra previsión es que el PIB avance un 6,4% en 2021 y un 5,8% en 2022, aupado también por el impulso fiscal positivo del fondo de recuperación. En cualquier caso, el coste económico y social de la pandemia será enorme.

En el ámbito internacional, el cambio en la presidencia de EE.UU. puede significar un cambio positivo para las relaciones comerciales entre la Unión Europea y Norteamérica, las cuales se han visto muy afectadas en los últimos cuatro años de presidencia de Donald Trump. Mientras que, en el plano europeo, los principales focos de interés se centrarán en el acuerdo final con el Reino Unido sobre el Brexit, aunque el mercado ya ha descontado los posibles escenarios, y sobre todo la ejecución temporal del nuevo NGEU y la efectividad con la que los países miembros empleen los fondos en los próximos años.

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GONZALO GARCÍA
Director de Economía de AFI

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DAVID TINAJERO
Consultor del Área de Análisis Económico y de Mercados de AFI

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