En un contexto actual de globalización y disrupción tecnológica, donde el consumidor es mucho más exigente, informado y concienciado, se presentan una serie de retos para todos los sectores, pero en especial para el primario. Una población mundial en constante evolución que ejerce presión sobre la cadena de valor, y es que se estima que en el año 2050 será necesario un crecimiento del 60% de la producción en agricultura para abastecerla.
Un reto en mayúsculas para la industria agroalimentaria que se ve obligada a reinventarse para lograr incrementar los recursos, incorporando soluciones innovadoras y tecnológicas en sus procesos. Un colectivo típicamente conservador que se está abriendo a la innovación con distintos niveles de inversión y diversificación.
En nuestro país, ya se han dado casos de éxito en implementación de sistemas de innovación en el sector primario en empresas como Bodegas Emilio Moro, con la utilización de drones equipados con cámaras multiespectrales, o Campofrío, con el uso de robótica para el control automático de materias primas y sistemas de transporte, que han conseguido ser más rentables.
