El transporte por carretera es fundamental para alcanzar los objetivos del Pacto Verde Europeo, entre los que se incluyen reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55 % de aquí a 2030 y lograr la neutralidad climática de aquí a 2050, ya que es el primer sector emisor de GEI con una cuarta parte de las emisiones de gases invernadero en España y en Europa según el último Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero publicado por el MITERD.
Además, el sector del transporte sigue siendo uno de los únicos sectores de la economía de la UE donde las emisiones siguen estando por encima de los niveles de 1990. Dentro de este sector, el transporte por carretera es, con mucho, el mayor emisor y representa más del 70 % de todas las emisiones de GEI. Para lograr la neutralidad climática, debemos reducir las emisiones del transporte en un 90 % para 2050.
En este contexto, si analizamos el paquete de medidas FIT for 55 o Objetivo 55, que recoge cómo la UE transformará los objetivos climáticos en legislación, de las 11 áreas de actuación 8 tienen un impacto directo en el transporte.
Se requerirán cambios significativos en la forma en que se realiza el transporte de mercancías, tanto en términos de eficiencia energética como en la transición hacia fuentes de energía más limpias. A continuación, se presentan algunos de los posibles impactos en el transporte de mercancías:
- Mejora de la eficiencia logística: La optimización de las rutas de transporte, la consolidación de cargas y la mejora de la eficiencia en la gestión de la cadena de suministro pueden ayudar a reducir las emisiones en el transporte de mercancías. La implementación de tecnologías de información y comunicación, como la inteligencia artificial y el análisis de datos, es útil para lograr estos objetivos. Como demuestran las empresas auditadas en el marco de Lean & Green, que han aplicado medidas de eficiencia que han supuesto un 64% de la reducción de sus emisiones.
- Uso de tecnologías más limpias: Será necesario promover el desarrollo y la adopción de tecnologías más limpias en el transporte de mercancías. Esto puede incluir no sólo la transición hacia vehículos eléctricos o híbridos, sino también el uso de biocombustibles sostenibles o el desarrollo de tecnologías de propulsión más eficientes, para lo cual se está trabajando en un nuevo reglamento de estándares CO2 para vehículos pesados que establece requisitos más estrictos para los nuevos vehículos.
- Infraestructura de recarga: Se requerirá una infraestructura de recarga adecuada para respaldar la adopción de vehículos eléctricos en el transporte de mercancías. Esto implica la instalación de estaciones de carga en carreteras, puertos y centros logísticos para permitir una transición efectiva hacia la electrificación, que ya está siendo recogido en el Reglamento de Infraestructura de Combustibles Alternativos (AFIR por sus siglas en inglés).
- Impulso a la intermodalidad: La promoción de la intermodalidad, que combina diferentes modos de transporte (carretera, ferrocarril, barco, etc.), puede ayudar a reducir las emisiones al permitir el uso de modos más eficientes y sostenibles en función de la distancia y las características de la carga.
- Cambios en los patrones de consumo: El objetivo 55 también implica cambios en los patrones de consumo y en la forma en que se producen y distribuyen los bienes. Esto podría incluir una mayor localización de la producción, el fomento del comercio justo y el consumo responsable, así como la reducción de la necesidad de transporte mediante la implementación de prácticas de economía circular.
En resumen, el objetivo 55 tendrá un impacto importante en el transporte de mercancías, impulsando la mejora de la eficiencia logística, la adopción de tecnologías más limpias, y la promoción de cambios en los patrones de consumo. Estos cambios son necesarios para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al transporte de mercancías y avanzar hacia un sistema más sostenible y neutro en carbono.