El sector alimentario se enfrenta en los próximos años a retos de una gran transcendencia. No solamente seguir avanzando en la seguridad alimentaria, sino que se está incorporando variables como la relación dieta-salud, la garantía de autenticidad y calidad de los alimentos o la sostenibilidad ante el aumento de la producción.



Durante el Congreso de Seguridad Alimentaria y Calidad, Aecosan (Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición) ha profundizado sobre su nuevo Plan de colaboración para la mejora de la composición de los alimentos y bebidas hasta el año 2020. María Ángeles Dal Re Saavedra, Vocal Asesora. Coordinadora de la Estrategia en NAOS –AECOSAN, ha explicado los principales objetivos perseguidos y las medidas concretas que han de facilitar al consumidor el acceso a una alimentación más equilibrada y de mayor valor nutricional.

Mediante el plan impulsado por el ministerio, más de 500 empresas se han comprometido de manera voluntaria a reducir en torno al 10% su contenido en azúcar, sal y grasas de más de 3.500 productos. La medida quiere ser una herramienta efectiva en la lucha contra las tres enfermedades crónicas que más afectación presentan en la población española – diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer – y contra la obesidad.

El plan incluye la reformulación de un amplio abanico de productos entre los que se encuentran derivados cárnicos, bollería y pastelería, lácteos, helados, bebidas refrescantes, cereales y salsas, siendo estos últimos los que mayor porcentaje de reducción van a asumir.

El plan trabaja junto a cinco sectores clave: fabricación, distribución, restauración social, restauración moderna y vending. Además, incluye otros objetivos como continuar con los compromisos que ya estaban en marcha en cuanto a reducción de porcentajes de sal o grasas saturadas, asegurar que no se aumenten las calorías en las dietas, trabajar en la oferta de menús saludables -tanto en restauración moderna como en la social, haciendo hincapié en los menús escolares- o fomentar la investigación y el desarrollo y las buenas prácticas, entre otros. Estos objetivos ya se han materializado en 180 compromisos y, que en opinión de la representante de Aecosan, “son el punto de partida para cambiar el entorno alimentario en el futuro“.

Dal Re Saavedra ha hablado también de cómo las enfermedades no transmisibles vinculadas a la alimentación siguen aumentando en Europa, haciendo de ello un problema de salud pública e involucrando tanto a administraciones como a empresas y consumidores.

Durante la inauguración del congreso, el director general de AECOC, José María Bonmatí, ha destacado los altos estándares de seguridad alimentaria y calidad que ha alcanzado el sector en los últimos 15 años gracias al trabajo conjunto de todos los actores de la cadena agroalimentaria.

Sin embargo, ha señalado que la opinión pública no es consciente de ello, lo que requiere que el sector continúe trabajando para mejorar y reforzar la confianza del consumidor. “Hoy ya no es suficiente con hacer bien las cosas, hay que tener un diálogo honesto y sincero. Ser transparentes es el mejor modo de superar el clima de desconfianza existente”.




Manipulación dentro y fuera del hogar

José Juan Rodríguez profesor titular de Seguridad Alimentaria en la Universidad Autónoma de Barcelona, ha profundizado en la presencia de patógenos en la cadena alimentaria y en cómo evitarlos.

Rodríguez ha explicado que desde el año 2003 las enfermedades transmitidas por alimentos se han reducido drásticamente porque el número de patógenos también ha disminuido considerablemente gracias a las mejoras en los procesos de producción y a los controles de riesgos. Una evolución muy positiva que, en su opinión, ha provocado también que el consumidor pierda el miedo a consumir y “se relaje” en el mantenimiento adecuado de estos alimentos.

También ha explicado que el 78% de los brotes de enfermedades transmitidas por alimentos se da en el entorno del hogar o en restaurantes y bares. Dentro de este porcentaje, la mayor parte corresponde al ambiente familiar (38%) y a hoteles y restaurantes (32,4%), siendo los bares (7,6%) los que suponen menor riesgo. En cualquier caso, este porcentaje queda muy por encima de las contaminaciones que se dan en establecimientos de otro tipo como geriátricos (el 2,8%), tiendas (el 1,7%) o escuelas y guarderías (1%).

Además, los alimentos que más brotes originan son huevos y ovoproductos o mayonesa, siendo responsables del 31% del total de brotes de enfermedades transmitidas, seguidos por el marisco (5,4%) y el pescado (4,5%).

Alimentación y bebidas, un sector que factura 96.400 millones de euros

El congreso ha puesto el foco en los grandes retos globales de presente y de futuro a los que el sector debe hacer frente para ser capaz de suministrar alimentos seguros y de calidad a una población mundial que no para de crecer.

Así, ha contado con una ponencia que ha profundizado en el reto que supone la previsión de crecimiento de la población mundial hasta los 10.000 millones de personas en 2050. De la mano de Nina Fedoroff, Senior Science Adviser de la OFW Law de Washington, ha dibujado un escenario en el que las políticas alimentarias deben garantizar la producción de alimentos para todos en un entorno ambiental cada vez más desfavorable. Fedoroff ha tratado asimismo el papel que debe tener la investigación y la inversión para alcanzar este objetivo.

Ángel F. González, vicedirector del Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC, que ha presentado el Proyecto Parasite, puesto en marcha en 2013 y en el que ha participado 15 centros de investigación de 12 países distintos, nueve europeos y tres asiáticos. Por su parte, el científico británico Martin D. Rose, miembro del panel de expertos CONTAM de EFSA (European Food Safety Authority), ha profundizado en los diferentes contaminantes ambientales (como dioxinas, cadmio o mercurio, entre otras) y cómo estos pueden impactar en la cadena alimentaria como consecuencia del cambio climático.

Javier Gamboa, doctor científico y fundador de Biogenetics, ha profundizado en la biotecnología alimentaria y la prevención del fraude, un problema este último que supone entre 30 y 40 billones de dólares en el mundo y unos 90 millones de euros en España.

Loreto Rubio, CEO de Sinergia Value, ha destacado la importancia de la comunicación a la hora de conseguir una percepción del consumidor lo más cercana posible a la realidad. En su opinión, “quienes van a liderar el futuro serán aquellos que hagan mejorar a los demás y se posicionen como referentes”.

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