La seguridad alimentaria. ¿Cómo garantiza que lo que consumes es de calidad?

La seguridad alimentaria es lo mínimo que cualquier producto debe ofrecer y es la base sobre la que se construyen todos los demás atributos de la calidad. No es solo un atributo deseable, sino la garantía que todos los consumidores esperan de los alimentos que compran y consumen. Por eso, si un producto no es seguro, no puede ser de calidad (de hecho, si un alimento no es seguro, no es un alimento).

La calidad siempre ha sido un pilar central para cualquier empresa, fabricante o distribuidor. En el sector alimentario, el concepto de calidad es más amplio y abarca muchos aspectos: desde las características sensoriales o el origen de los ingredientes hasta la sostenibilidad y la ética en la producción.

Dos formas de entender la calidad: el producto y el servicio

El concepto moderno de calidad se entiende desde dos perspectivas que, juntas, ofrecen una visión completa:

1. Calidad del producto

Las empresas invierten muchos recursos para mejorar la calidad de sus productos, incluyendo la seguridad alimentaria. Esto requiere ser proactivo y apostar por la mejora de la calidad y seguridad alimentaria. Es fundamental fomentar la investigación científica y la innovación tecnológica para garantizar que los alimentos que llegan a los consumidores sean cada vez más seguros y de mejor calidad.

2. Calidad del servicio

Cualquier consumidor espera que, si surge un problema, la empresa actúe de manera rápida y efectiva. Dentro de la calidad de servicio, la gestión de alertas funciona como un “servicio de postventa”. No importa que el producto sea de calidad si la empresa no protege al consumidor frente a un riesgo de seguridad alimentaria.

Enfoque preventivo y actuar rápido. Nunca dejar de invertir en la seguridad

El enfoque preventivo que aplicamos al modelo de seguridad alimentaria no puede garantizar la ausencia total de riesgo, por lo que debemos estar preparados para actuar rápido cuando se producen incidentes. 

Por otro lado, una gestión deficiente o poco transparente de una alerta puede multiplicar el impacto negativo, traduciéndose en:

  • Pérdida de ventas, sanciones y litigios a corto plazo.
  • Deterioro de la marca y pérdida de confianza en el sector a medio y largo plazo.

Mecanismos para una respuesta ágil y eficaz

Si la gestión de la alerta es adecuada (basada en prevención, detección precoz, comunicación coordinada, respuesta ágil, retirada efectiva, seguimiento y remediación), la empresa puede ver reforzada su imagen al demostrar transparencia y responsabilidad.

Para asegurar que el procedimiento de gestión sea preciso y eficaz, se requiere:

  1. Trazabilidad eficaz y criterios claros de gestión: definir claramente responsabilidades, coordinar los equipos internos y externos, asignar recursos y establecer criterios de actuación.
  2. Formación del personal: todo el equipo debe conocer el procedimiento y las buenas prácticas para actuar correctamente ante cualquier alerta.

Validación mediante simulacros: es imprescindible validar y, si es posible, mejorar el procedimiento a través de la realización de simulacros de gestión de alertas.

El compromiso de AECOC con la cadena alimentaria

En AECOC estamos comprometidos en conocer cómo se gestionan estos protocolos en las empresas. Por eso hemos desarrollado un cuestionario de autoevaluación que permite a las empresas recibir un informe personalizado con recomendaciones para fortalecer sus procedimientos internos. Este análisis nos ayuda a diseñar estrategias conjuntas, reforzando la solidez de toda la cadena alimentaria y demostrando un compromiso colectivo con la seguridad y la calidad.

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