EMPRESA Y PERSONAJE

Rosa Galende, TDN
Nº 37 – OCTUBRE 2021

En tan solo una década Holaluz se ha convertido en un jugador relevante en el mercado eléctrico español, con su voluntad de cambiar de forma “salvaje y profunda la manera de producir electri-cidad conectando personas a la energía verde”. Y ello, con la promesa de reducir entre un 10% y un 20% la factura de la luz de sus clientes gracias al uso intensivo de la tecnología y los datos. Tras su salida a bolsa en noviembre de 2019, la compañía aspira a alcanzar 1 millón de clientes y 1.000 millones de facturación en 2023, cambiando el modelo de generación de energía en el país del sol.

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Carlota Pi
Directora general de Holaluz

Todo empezó en mayo de 2011. En plena crisis, tres amigos -Carlota Pi, Oriol Vila y Ferrán Nogué- que estudiaban un MBA en el IESE, deciden fundar Holaluz, desafiando a los gigantes de la energía, convencidos de que podían cambiar el mundo para mejor. 10 años después su compañía factura 235 millones de euros, cuenta con 350.000 clientes y cotiza en bolsa.

Dice Carlota Pi, ingeniera industrial y directora general Holaluz, que la compañía ha construido todo su crecimiento en base a una estrategia imbatible, generar confianza a largo plazo, y un propósito trascendente, genuino e incopiable: conseguir un planeta 100% verde protagonizando para ello “la revolución de los tejados”, que les está llevando a instalar paneles solares fotovoltaicos para autoconsumo en las casas y en las pequeñas y medianas empresas. Quieren “transformar la manera de vivir en España para siempre, igual que lo ha hecho la telefonía móvil”. Porque, comenta Carlota, nuestro país podría tener el 100% de energía verde en cuanto queramos, porque el recurso existe, y es nuestro sol. (Esta entrevista fue realizada en junio de 2021).

“Una compañía que está bien gestionada y es capaz de encontrar su camino hacia la rentabilidad debe convertirse en una herramienta para cambiar el mundo”.

Rosa Galende: Holaluz cumple 10 años. ¿Qué balance hace de este periodo?

Carlota Pi: Holaluz nace con el propósito firme de conseguir un planeta 100% renovable y hacerlo con un modelo de compañía que permita desarrollar a las personas hasta alcanzar la mejor versión de sí mismas. Esto lo hacemos conectando personas a la energía verde, alcanzado en la actualidad a más de 350.000 clientes en todos los códigos postales de España. Además, en junio de 2020 lanzamos “la revolución de los tejados”, que está llamada a ser una disrupción sin vuelta atrás en el mercado de generación de electricidad, no solamente en España, sino también en el mundo.

Después de 10 años, nos sentimos felices y orgullosos de haber puesto en valor en España el concepto de “energía verde” y de haber desarrollado la compañía alrededor de una estrategia imbatible: construir con nuestros clientes una relación a largo plazo basada en la confianza. Esto, que hace 10 años era solamente una idea, hoy es una realidad que además sirve de inspiración para muchas compañías nuevas o ya existentes que deciden caminar detrás de nuestros pasos.

Situémonos en mayo de 2011. En plena crisis usted y sus socios, Oriol Vila y Ferrán Nogué, crean Holaluz, para competir vendiendo electricidad en un mundo de gigantes. ¿Qué les empujó a hacerlo?

Fundamos Holaluz movidos por las enseñanzas del profesor del IESE José Antonio Segarra. Él nos explicó que una compañía que está bien gestionada y es capaz de encontrar su camino hacia la rentabilidad debe convertirse en una herramienta para cambiar el mundo. Y esa fue para nosotros toda una revelación. Yo entonces tenía 30 años y pensaba que ese rol estaba reservado a las ONGs y a los gobiernos. Movidos por este descubrimiento, lanzamos Holaluz con la certeza de que era posible transformar un vertical esencial para la vida de las personas, como es la electricidad, apoyándonos en la energía verde y la tecnología, y poniendo a las personas en el centro. Teníamos esto tan claro, y perseguíamos -perseguimos un propósito tan transcendente, de compromiso con las generaciones futuras, que en ningún momento tuvimos en cuenta el contexto económico ni si la competencia era fuerte, floja o regular. Ni tampoco lo hacemos ahora. Seguimos trabajando para conseguir nuestro propósito de transformar el mundo en un lugar 100% renovable. Y vamos ejecutando nuestro plan de negocio, con nuestros valores, con independencia de lo que hacen los demás.


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