Rosa Galende
Cuenta David Calle que cuando graba sus vídeos se encierra en la buhardilla de su casa solo, porque se pone muy nervioso. Pero luego nadie lo nota. Dice que tiene pánico escénico, él que en sus vídeos muestra una naturalidad pasmosa ante la cámara.
Ingeniero de telecomunicaciones, con 30 años se quedó en paro a causa de una crisis en el sector. Volvió entonces a trabajar en la misma academia en la que daba clases mientras estaba en la universidad. Era una solución temporal hasta encontrar algo mejor, como le prometía su titulación universitaria. Pero el destino también juega sus cartas y pronto descubrió que su verdadera vocación, su pasión, era dar clases. Porque es más feliz “ayudando a los clavales a entender ecuaciones, integrales y derivadas que programando una red móvil”. Además, entiende muy bien los miedos e inseguridades de sus alumnos. De hecho, él mismo pasó de suspender matemáticas a sacar un 10 en selectividad.
Cuando la crisis de 2008 vació las aulas de su academia decidió grabar sus clases en vídeo y colgarlas en Youtube, con el fin de que ninguno de sus alumnos se quedara en el camino. Con un lenguaje de la calle, que trata de acortar distancias, el profesor youtuber relaciona las cuestiones más complejas de la física, la química y las matemáticas con el mundo real, con las cosas cotidianas. También pone ejemplos con sus superhéroes favoritos, sus películas y videojuegos. Así les engancha. Así les inspira.
“SOY PROFESOR. MI TRABAJO ES ‘ENCENDER HOGUERAS’, DESPERTAR LA PASIÓN POR APRENDER”.
RG. Eres uno de los 10 finalistas de los Global Teacher Prize 2017, al que se presentaron 20.000 profesores de 179 países. Estos premios reconocen la innovación, el efecto de las clases sobre los alumnos y el trabajo que se desempeña enseñando a otros profesores. ¿Cómo acaba un Ingeniero de Telecomunicaciones siendo nominado al Global Teacher Prize, el Nobel de los profesores?
DC. Hace 15 años me quedé en el paro, como muchos otros ingenieros. Tuve la suerte de volver a dar clases en la academia en la que trabajaba mientras estaba en la universidad. Allí descubrí que la enseñanza es mi verdadera vocación. Más tarde monté mi propia academia y ese ‘don’ que yo tenía para dar clases lo trasladé a Youtube. En cuanto a la nominación, me sobrepasa. Seguro que hay muchos profesores mejores que yo. Estoy convencido. Además, ¿cómo evalúas a un profesor?
RG. Dímelo tú. ¿Qué caracteriza a un buen profesor?
DC. Pasión y empatía. Sobre todo empatía. Un buen profesor debe conocer a sus alumnos, sus debilidades y fortalezas. Creo que deberíamos hacer un DAFO con todos nuestros alumnos. Si conocemos a nuestros alumnos, sabemos qué es lo que quieren, qué es lo que les gusta, podemos motivarlos y ayudar a encauzar sus vocaciones, que para mí es lo más difícil. Es que si no los inspiras… Esta generación está muy desmotivada y le cuesta mucho ponerse a estudiar. Con empatía y con pasión es fácil conectar con ellos.
