EMPRESA Y… CRIPTOARTE

Charo Toribio, TDN
Nº 37 – OCTUBRE 2021

¿Saben qué es el metaverso? ¿Y los NFT? Javier Arrés (Motril, Granada, 1982), referente entre los criptoartistas, nos explica estos conceptos de la nueva era del criptoarte, basado en blockchain y criptomoendas. Nos abre la puerta al nuevo mercado del arte en el que se subastan obras digitales certificadas a través de NFT (tokens no fungibles) en blockchain. Sí, suena complejo, pero Arrés lo explica con el mismo lujo de detalles de sus obras, que le han llevado a ganar hasta medio millón de dólares en una única subasta. Con él hablamos también del estatus digital y del potencial de los metaversos, los universos virtuales en los que está apostando Facebook y en los que  cada vez invierten más tiempo y dinero las nuevas generaciones, espacios de oportunidades también para las marcas de gran consumo.

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Javier Arrés
Criptoartista

Charo Toribio. ¿Cómo llegas a convertirte en criptoartista?

Javier Arrés: Antes de convertirme en la cara visible del fenómeno de los criptoartistas, trabajé durante mucho tiempo como ilustrador y diseñador gráfico. Dibujo desde los 11 años, y he ido puliendo mi estilo. Empecé Bellas Artes, pero me pareció anquilosado y me pasé al diseño gráfico y a la producción multimedia. Fui combinando tinta tradicional con diseño digital. Mi trabajo en tinta sobre papel recibió reconocimientos internacionales –Choice´s Award 2017 en Creativepool, premio en la Bienal de Arte de Londres en 2019-, trasladé ese trabajo al digital y comencé a recibir encargos como ilustrador digital para The New York Times o el China Morning Post, entre otros. Siempre me había interesado el arte digital, y más allá de los encargos comencé a crear los Visual Toys, unos gifs animados con los que daba vida a las montañas rusas que había creado en tinta. Los hacía porque me gustaban, porque como artista nunca he parado de crear.

Comencé con los Visual Toys en 2015 y en 2017 me invitaron al festival GIFFEST, la primera feria de arte gif en Singapur. Allí contacté con coleccionistas interesados en comprar mis gifs, pero no había mercado, era imposible certificar que un gif era único. Ya existía blockchain, pero a nadie se le ocurrió aplicarlo. La solución llegó con los NFT, que permitían crear el certificado digital de esa obra. Para mí el paso definitivo fue recibir la invitación de MakersPlace, la principal plataforma de compra-venta de arte digital. ¡Fue como si tuviera la casa llena de pasteles y de repente se inventaran las pastelerías!

  • Uno de los gif animados de Javier Arrés,  titulado “Who is Satoshi Nakamoto”, en referencia al pseudónimo utilizado por la persona o grupo de expertos que desarrollaron la criptomoneda Bitcoin.

¿Cómo lograste ese primer contacto con MakersPlace?

A finales de 2019 recibí un e-mail de Danny Fu, el CEO de MakersPlace, invitándome a subir mis obras en esta plataforma que acababa de nacer y estaba captando artistas. Ahora siguen captando, pero reciben más de 20.000 solicitudes diarias de ingreso. Y creo que me encontraron porque estaba donde tenía que estar. Me esforzaba mucho por ser reconocido a escala internacional, aunque en España no me conocía casi nadie. Con mi sueldo de diseñador gráfico, ahorraba y viajaba a ferias y a eventos internacionales y conseguía premios y notoriedad.

¿Cómo es la difusión y venta de tus obras digitales?

Antes de acuñar mis obras –acuñar implica generar el NFT- y subirlas a MakersPlace y otras plataformas, hago mini campañas de marketing en redes sociales. Una vez que se sube a la plataforma, se abre el drop, la subasta, que es muy dinámica. Por ejemplo, en la subasta de mi colección The Cool Glasses si comprabas una pieza, se desbloqueaba la siguiente. Fue una subasta clave en mi carrera: vendí las 25 piezas de la colección por medio millón de dólares. Ha sido el espaldarazo definitivo a mi carrera. Me está cambiando la vida, me abre la posibilidad de crear mucho más.

Precisamente, a la hora de crear, ¿cómo impacta la tecnología en tu creatividad?

Cualquier nueva herramienta digital, sea cual sea, potencia tu creatividad. Históricamente los artistas han sido los primeros en probar nuevas herramientas. Si hoy estuviera vivo Miguel Ángel, sería un apasionado del 3D. Hay una especie de rivalidad entre el arte tradicional y el digital, pero estoy seguro de que cohabitarán. La combinación de herramientas digitales y tradicionales multiplica exponencialmente la creatividad.

¿Y cómo influye esta digitalización en tu relación con otros artistas y con los clientes?

Fomenta la colaboración directa, sin intermediarios. Por ejemplo, recibo muchas propuestas de Dj’s o productores musicales para incorporar música a mis obras y ahora es mucho más fácil. En el smart contract de blockchain verificas la autenticidad y estableces el aporte de cada parte. Si se vende la pieza los beneficios se reparten automáticamente. Y si dentro de 15 años hay una reventa de un millón de dólares, también.


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