¿El país más feliz del mundo y uno de los mejores para vivir? ¿Por qué? Varios principios rigen el modelo noruego y nórdico en general: igualdad (de género, de salarios y social), colaboración, solidaridad, austeridad, ecología, sistema educativo, estabilidad política, servicios públicos… Todo ello hace que sus 5,25 millones de habitantes manifiesten ese sentimiento difícil de medir. Su economía, abierta y estable, es la gran baza del país. Aunque su PIB creció tan sólo un 1% en 2016, provocado por el descenso de las exportaciones de petróleo y gas -principales motores económicos-, cuenta con el segundo PIB per cápita del mundo (64.100 millones de euros) y un fondo soberano de más de 1.000 millones euros que garantiza el futuro de varias generaciones. De la mano de Javier Uruñuela, director general de PepsiCo en los Países Nórdicos, conocemos el secreto del éxito de este país.
Javier Uruñuela Director General de PepsiCo en los países nórdicos
- Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla, MBA por el Instituto de Empresa y PADE (Programa de Alta Dirección) por Iese.
- Antes de incorporarse a PepsiCo trabajó en Colgate y Schweppes en diferentes cargos comerciales.
- En 2002 entra a formar parte del equipo de PepsiCo, ocupando diferentes responsabilidades.
- En 2008 es nombrado Director de Desarrollo de Negocio en Ginebra.
- 2 años más tarde se traslada a Bucarest para liderar la dirección general de snacks para Rumanía y Bulgaria.
- Entre 2012 y 2015 es Director General de Bebidas para España y Portugal.
- Desde 2015 es el Director General de la Unidad de Negocio en los países nórdicos.
Javier Uruñuela (49 años, Sevilla) forma parte de PepsiCo desde hace 15 años, durante los cuales ha pasado por las oficinas centrales en Ginebra y las direcciones generales de la compañía en Bucarest y Madrid. Una experiencia internacional que le convertía en el candidato perfecto para liderar el mercado nórdico: una amplia zona que integra Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia e Islandia y en la que PepsiCo tiene muchos intereses y un posicionamiento muy bien apuntalado y eficiente, tanto en la categoría de bebidas refrescantes, como en zumos con Tropicana o en cereales con Quaker. Llega a Oslo en septiembre de 2015 con la misión de continuar con los planes de fortalecimiento de las marcas y, además, dar un salto cualitativo para colocar a esta unidad de negocio entre las punteras de Europa. El reto era “fascinante” por dos motivos: profesionalmente, porque le permitía gestionar un mercado completo, con todas las categorías y en 5 países, y personalmente, porque suponía un proyecto familiar muy atractivo. Todos salían ganando, y esta ecuación era clave para dar el paso. La decisión tenía que satisfacer a esta familia numerosa, porque Javier y Adriana, su mujer, tienen 5 hijos de todas las edades: el abanico va desde la mayor que tiene 17 años, hasta el más pequeño con 8. “Son parte del barco y este tipo de movimientos hay que hacerlos cuando es una aventura que nos suma a todos”, explica el directivo. Y así ha sido. Los 7 se han integrado totalmente en la vida noruega, a pesar de las duras condiciones climatológicas.
OSLO, UNA CIUDAD ABIERTA AL NORTE
La familia Uruñuela vive en Stabekk, a 12 km a las afueras de Oslo, una población residencial. Pero es que Oslo, a pesar de ser la capital administrativa y financiera de Noruega, sólo tiene algo más de 660.000 habitantes. Es una ciudad “muy tranquila y, sobre todo, extremadamente organizada”. Justamente esto fue lo que más le sorprendió: “todo funciona fácil, la burocracia administrativa es súper eficiente y muy pragmática. Cuando una persona llega allí le asignan un número (una especie de DNI) con el que hace todos los trámites”. Aunque ya estaba acostumbrado al frío de Ginebra, Bucarest e, incluso, de Madrid, no dejó de sorprenderle la climatología extrema de estos lares. Recuerda con especial intensidad su primer invierno, aunque ya iba preparado. Venía de vivir en Ginebra, una ciudad también muy fría, pero destaca que en una latitud tan l norte hay hábitos que debes aprender de nuevo. Cosas tan simples como conducir, hacer deporte o incluso caminar, porque el hielo es el principal compañero durante largos meses y te tienes que habituar a vivir con él.
