CONVERSANDO CON

Patricia Daimiel, Managing Director South Europe at NielsenIQ
Nº 37 – OCTUBRE 2021

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Roberta Cocco abandera la transformación digital. Predica con su ejemplo: se formó en Humanidades pero desarrolló su carrera profesional en Microsoft. Allí aprendió sobre tecnología y sobre su potencial para mejorar la vida de las personas. Ahora, como responsable de la transformación digital y los servicios al ciudadano en el Ayuntamiento de Milán, ha aplicado su mantra “Mobile First-One Click” para acercar la Administración a los ciudadanos.

Impulsa la incorporación de las mujeres a las carreras técnicas y científicas (STEM) desde el punto de vista económico, convencida del valor de los equipos diversos y de que la digitalización global las necesita. Patricia Daimiel, Managing Director South Europe at Nielsen IQ, conversa con Roberta Cocco sobre sus experiencias en innovación digital, la colaboración público-privada y los desafíos de las smart cities ante el cambio climático.

Roberta Cocco (Legnano -Milán-, 1966) es licenciada en Lenguas y Literaturas Extranjeras, Máster en Marketing, Comunicación y Relaciones Públicas.
En Microsoft, durante 25 años, desarrolló diversos roles estratégicos en Europa y Estados Unidos, incluidos los de Directora General de Marketing y Directora de Responsabilidad Social Corporativa. En 2014 pasa a ser la Directora de Planes Nacionales de Desarrollo para Europa Occidental, colaborando con Gobiernos e Instituciones de 12 países europeos.
En 2016 se incorpora al sector público para impulsar la transformación digital de Milán. Además, desde 2004, lidera proyectos para cerrar la brecha de género a través de las TIC, colaborando con entidades como Naciones Unidas o la UNESCO.

Patricia Daimiel. Escuché su intervención en un evento reciente y me impresionó cómo mostraba que su misión está centrada en poner la innovación digital al servicio de la gente. ¿Cuándo y por qué decidió dirigir su carrera hacia este objetivo?

Roberta Cocco: Mi experiencia en tecnología viene de muy lejos. Estuve trabajando durante más de 25 años en Microsoft, desempeñando diferentes cargos. Sin embargo, no tengo formación en tecnología, no soy ingeniera. Cursé una carrera de Humanidades, luego másteres y otros cursos de especialización, pero tuve que aprender todo lo que sé de tecnología por mí misma.

A lo largo de toda mi carrera en Microsoft, tanto en Italia, como a nivel europeo y en EE.UU., debo decir, honestamente, que en ningún momento me sentí molesta por cuestión de género, incluso siendo una de las pocas mujeres del equipo. Sin embargo, muchas, muchas veces sentía que no formaba parte de la comunidad tecnológica, con lo cual tuve que estudiar y aprender muchísimo. Y eso me hizo darme cuenta de la importancia de incentivar, especialmente a la juventud, pero también al resto de personas, a completar sus perfiles con competencias digitales. Es fundamental para todos, porque el mundo se está digitalizando; la tecnología, la innovación tecnológica avanzan muy deprisa. Año tras año vemos cómo cambia el mundo, y lo digital y la tecnología están entre los impulsores principales, pero no todo el mundo está preparado para adaptarse a esta digitalización.

Cuando estuve en Microsoft, en el último cargo que desempeñé, era responsable a nivel europeo de varios países, desde Portugal hasta Finlandia, y también España. Mi responsabilidad era analizar cómo la tecnología de Microsoft podía ayudar a países y a grandes ciudades. Mi labor consistía en poner sobre la mesa las capacidades de Microsoft para darles apoyo ante problemas sociales, económicos, etc.

Cuando asumí mi cargo actual, hice lo mismo pero desde el otro ‘lado de la barrera’. Desde la perspectiva pública desarrollo tecnología, estrategias y servicios pensando en cómo podemos ayudar a los ciudadanos.

“El mundo se está digitalizando. Es fundamental incentivar a todas las personas a completar sus perfiles con competencias digitales”.

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¿En qué ejes centra su misión para ofrecer estos servicios a los ciudadanos?

Uno de mis focos principales es el plan de transformación digital a todos los niveles: empresas privadas, públicas, gobiernos, ciudades, etc. En esta transformación siempre deberíamos tener en cuenta dos componentes. Por un lado, el tecnológico: afianzar, fortalecer, extender la infraestructura, aumentar su seguridad y desarrollar servicios. Y, por otro lado, compartir la cultura digital, compartir el valor que tiene la digitalización de las ciudades para todas y cada una de las personas del planeta; para cualquier ciudadano, niño, adulto, personas extranjeras que viajan por turismo o para buscar trabajo… Tenemos que unir los dos elementos porque ambos se complementan.

Y otro elemento fundamental que aplico en mi día a día es el mantra “Mobile-First, One click”, que tengo siempre en mente.

  • “Mobile-First” surge porque especialmente durante la pandemia todos comprobamos que la tecnología no está distribuida de forma equitativa por ciudades y países. Pero el dispositivo que sí tiene casi todo el mundo es el móvil. Por eso “Mobile-First”, porque cuando desarrollamos servicios tenemos que pensar en cómo llegar a los ciudadanos de forma fácil e inmediata.
  • One click”, en mi opinión, es obligatorio. Se trata de simplificar y simplificar. La mayoría de la gente que es ajena a la tecnología es porque le asusta, porque piensan que es demasiado complicada. Pero si les ofrecemos un servicio para que, por ejemplo, puedan pagar una multa solo con un clic, lo probarán, repetirán y la utilizarán también para otros servicios.

“Hemos comprendido el valor de la interoperabilidad del big data y sabemos que tenemos que trabajar junto al sector privado para crear servicios, responder y predecir los problemas a los que nos enfrentamos”.

Su mantra puede trasladarse a cualquier negocio, porque trata de la disponibilidad, la accesibilidad y de minimizar fricciones, facilitando la experiencia a todos los niveles. Hablaba también de la infraestructura, de la seguridad de la tecnología y de compartir la cultura digital. ¿Cómo ha aplicado esta filosofía a la transformación digital de Milán para consolidarla como smart city?

Decidí invertir cinco años de mi vida en mi propia ciudad como funcionaria con el compromiso de ofrecer algo realmente útil para los ciudadanos. Con ese objetivo puse en marcha un plan de interoperabilidad, que fue la base sobre la que construí el resto de herramientas y servicios. Siendo honesta reconozco que pude lograrlo porque no era política. Es decir, mi perfil es tecnológico, por lo que no le preocupaba a nadie porque no competía con ningún político.

La primera fase de este plan de interoperabilidad fue consolidar una gran base de datos de los ciudadanos, que luego fueron estandarizados, verificados y protegidos y se convirtieron, por tanto, en interoperables. La segunda fase fue definir los servicios que íbamos a ofrecer, y la tercera fue crear la carpeta digital del ciudadano, una aplicación sencilla para que los ciudadanos pudieran acceder fácilmente y encontrar certificados, impuestos, pedir información, pedir citas, ver autorizaciones para aparcar, pagar multas…que tuvieran acceso a todo. Es un repositorio digital, seguro y privado, en el que los ciudadanos de Milán pueden consultar todos sus certificados. Es como acceder al Registro Civil desde tu móvil. Por ejemplo, en una cena reciente con amigas contábamos cuántas veces me he mudado en los últimos 20 años: once veces. Se podrán imaginar lo difícil que resultaba encontrar los recibos de pago de cada piso. Ahora puedo encontrar todos los impuestos que pagué al Ayuntamiento desde la app, no necesito ningún papel.

Este servicio realmente ayuda a los ciudadanos, por eso lo considero el mejor de mis proyectos y la esencia de mi estrategia. Es fruto de un gran trabajo, del desarrollo de nuestro plan de interoperabilidad y de lidiar con las diferentes áreas del Ayuntamiento para lograr el acceso a todos los datos.

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Patricia Daimiel
Managing Director South Europe at NielsenIQ

  • “A raíz de la pandemia, las personas mayores han acelerado su digitalización, han dado un salto equivalente a unos 5 o 10 años. ¿Pero cuánto tiempo y qué será necesario para incorporar a las mujeres a carreras STEM? Es un problema enorme del que ya somos conscientes, aunque quizá no estamos haciendo lo suficiente para solucionarlo”.
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Roberta Cocco
Deputy Mayor for Digital Transformation and Citizens Services at Municipality of Milan

  • “La diversidad ahora es una etiqueta interesante. Pero eso no me importa, me importa la economía. El mundo se está digitalizando así que necesitamos más mujeres con aptitudes digitales, es una ecuación matemática”.

Esta interoperabilidad, este amplio acceso a la Data, ¿es escalable a toda Italia?

Por supuesto. Esta es una de las partes de mi trabajo de la que más orgullosa estoy, trabajar para lograr esta escalabilidad. Y creo que la administración pública debería trabajar unida, superando opiniones políticas. Por supuesto que para mí es más fácil decirlo porque soy tecnóloga, no tengo ninguna “gorra” política.

Además, con este objetivo de potenciar la escalabilidad, junto a mi equipo formamos parte de una red de trabajo internacional que aborda diferentes niveles de la transformación digital de las ciudades. Y uno de los aspectos más importantes es la gestión segura de los datos, cómo garantizamos los derechos de privacidad de los ciudadanos. En este sentido hemos creado la Coalición de Ciudades por los Derechos Digitales, útil y sólida, que nos permite trabajar juntos para afrontar los problemas y oportunidades que compartimos todas las ciudades a la hora de afianzar el uso de la tecnología para desarrollar servicios.

Por otro lado, estoy convencida de que además de compartir nuestros proyectos y nuestras ideas, también necesitamos compartir nuestros errores. Es lo que hago con otras ciudades, compartir nuestros errores, porque hemos cometido muchísimos. Quizá tengo esta mentalidad porque viví mucho tiempo en Estados Unidos y allí cometer errores tiene valor; si abres una empresa y se hunde, tiene valor porque has aprendido algo. Sin embargo, en Italia se considera un problema enorme y esta es una gran barrera para el desarrollo y el crecimiento.

Cuando vivía en Seattle, la profesora de matemáticas de mi hijo, que no era muy bueno en esa asignatura, le felicitaba y le decía que no pasaba nada, que si estaba mal había aprendido que de esa forma no se hacía y que probara otra vez. Me quedé impresionada.

Es un punto de vista muy diferente que he tratado de plasmar compartiendo nuestros errores. Y estoy muy orgullosa de que otras ciudades italianas hayan incorporado nuestros proyectos. Por ejemplo, en Venecia cuentan con su propia carpeta digital del ciudadano. Partieron de nuestra experiencia, infraestructura y estrategia y construyeron otros servicios.

“La innovación y la sostenibilidad deben trabajar juntas, aunque quisiéramos no podríamos separarlas”.

Es fundamental aprender de los errores. En Nielsen tenemos un mantra que es “Róbalo con orgullo”, que significa que si algo funciona cópialo con orgullo y mejóralo y en este sentido la colaboración es clave, sobre todo en gran consumo, donde impulsamos esa colaboración entre fabricantes y distribuidores. Roberta, al estar al servicio de una ciudad, surgen otros problemas cada vez más urgentes en torno a la movilidad, la sostenibilidad y el cambio climático. ¿Cómo puede la tecnología contribuir a solucionarlos?

Para mí, la innovación y lo digital son sinónimos. Pero la innovación y la sostenibilidad deben trabajar juntas, aunque quisiéramos no podríamos separarlas. Tenemos que activar todas las palancas que nos ofrece la tecnología para enfrentar el enorme problema climático al que nos enfrentamos.

En estos días estamos recibiendo en Milán a 400 jóvenes de todo el mundo, que vienen para trabajar, reflexionar y proyectar sus sueños, para hacer que su voz se escuche cada vez más alto, y para preparar la Pre-COP, la COP26 que se llevará a cabo en Glasgow a finales de octubre. Greta Thunberg también ha estado aquí.

Creo que todos, instituciones privadas y públicas, fundaciones, asociaciones, ciudadanos…cada uno de nosotros tenemos el deber de usar las herramientas que nos ofrece la tecnología para enfrentarnos a estos problemas. No podemos escapar, tenemos que hacerlo. ¿Estamos en el punto adecuado? No, todavía estamos solo en el principio. En los últimos tres o cuatro años, posiblemente hemos mejorado la concienciación sobre el valor de los datos. Pero solo acabamos de empezar. Disponemos de una enorme cantidad de datos y a veces no sabemos cómo utilizar todo su potencial.

2 claves de la colaboración público-privada

  • Beneficio mutuo. “En toda colaboración público-privada tiene que haber una ganancia mutua, si no, es beneficencia. Facebook después de desarrollar un chatbot para nosotros de forma gratuita lo vendió a otras empresas privadas, fue una ganancia mutua”.
  • Límites claros. “Tenemos que definir muy bien los límites y establecer claramente las responsabilidades de cada parte. Si es así, se puede hacer cualquier cosa”.

¿Qué herramientas han comenzado a aplicar desde Milán para contribuir a la sostenibilidad?

En Milán hemos desarrollado paneles de control para ayudar a los directores de varios departamentos administrativos a utilizar los datos para que les permitan tomar sus propias decisiones. Y es un buen principio, pero estamos mejorando y tenemos que seguir haciéndolo. Trabajamos en la movilidad de la ciudad y, por ejemplo, analizamos el tráfico mes a mes analizar y planteamos mejoras para evitar atascos. Y podemos comparar estos datos con el clima. Si incluimos la previsión meteorológica y sabemos que mañana lloverá intensamente, podemos reforzar servicios. También podemos analizar el tráfico derivado del transporte escolar y si sabemos por dónde se dirigen a la escuela profesores y alumnos, identificamos en qué carreteras habrá más tráfico, por ejemplo. Por otro lado, estamos midiendo la contaminación y aplicando medidas para evitar que aumente. Pero todavía no hemos alcanzado un nivel óptimo, tenemos que seguir trabajando.

Hemos comprendido el valor de los datos, los estamos recopilando de la forma correcta, hemos comprendido el valor de la interoperabilidad del Big Data y sabemos que tenemos que trabajar junto al sector privado para crear servicios, para predecir y responder a los problemas a los que nos enfrentamos. El sector público tiene un conjunto de datos, las empresas privadas tienen otro, las empresas tecnológicas desarrollan servicios y las fundaciones nos pueden ofrecer el punto de vista de otra parte de la población. Tenemos que trabajar juntos porque cada actor tiene una de las piezas, pero el puzle solo se completa cuando se juntan todas.

“Tenemos que activar todas las palancas de la tecnología para actuar ante el enorme problema climático al que nos enfrentamos”.

¿Y cómo podemos fomentar esta colaboración público-privada? Durante su trayectoria en Microsoft usted colaboró con muchas ciudades del mundo, por ejemplo con Barcelona, que aplica un plan muy ambicioso para convertirse en una smart city.

Así es. Por ejemplo, con Barcelona compartimos buenos proyectos, errores, y nos hemos ayudado mutuamente a construir nuestros Hub Digitales, ahora con Laia Bonet tercera teniente de alcalde en Barcelona, muy buena amiga mía. Y en este trabajo conjunto con Barcelona también hemos contado con el sector privado.

Esta colaboración público-privada era muy rara para Milán. Pero si ahora es posible es gracias a nuestro alcalde Giuseppe Sala, que viene del sector privado y tiene muy clara esta mentalidad. Pero Italia no está acostumbrada a que el sector público y privado trabajen juntos. Pero esto es un gran error. Por supuesto que tenemos que definir muy bien los límites y establecer claramente las responsabilidades de cada parte, pero tenemos que trabajar juntos.

Por ejemplo, Milán fue de las primeras ciudades afectadas por la pandemia, fue una pesadilla. En los primeros días nuestra línea de información estaba totalmente colapsada. Recibíamos diez veces más llamadas de lo que era habitual. Y no podíamos atenderlas porque no teníamos equipo suficiente. Cuando analizamos las llamadas vimos que había dos consultas básicas: por un lado, simplemente nos pedían información, “¿estáis abiertos?, ¿dónde debo ir, al médico de cabecera o al hospital?”. Y por otro lado, urgencias reales. ¿Cómo atenderlas? No podíamos contratar a todas las personas que necesitábamos en medio de la pandemia, así que le pedimos a Facebook que nos ayudara a desarrollar un chatbot de Whatsapp, gratuito, porque nosotros no estábamos capacitados para desarrollar algo así, pero para Facebook era muy fácil. En dos semanas desarrollaron este chatbot con el que ofrecíamos la información más básica, así que compartimos las llamadas que solo querían información en el chatbot y así los ciudadanos podían saber el horario de nuestras oficinas, si tenían estos síntomas tenían que llamar al médico, etc. Y Whatsapp lo entiende cualquier ciudadano. De nuevo: “Mobile-First, One click”. De esta manera pudimos atender a los ciudadanos que realmente nos llamaban por una emergencia.

Es un ejemplo de una colaboración que fue fundamental. Nosotros no éramos capaces de desarrollar esta tecnología en dos semanas, no tenemos ingenieros de software, para Facebook era más fácil y nos ayudaron, sin coste.

“La diversidad ahora es una buena etiqueta, parece interesante. Pero no me importa por eso, me importa la economía. Necesitamos más mujeres en los sectores clave de la economía”.

Es brillante. Es un ejemplo de cómo ciudades y empresas tenemos que compartir lo que mejor sepamos hacer. Y en esta interrelación y colaboración público-privada también hay que analizar la perspectiva de negocio para las empresas…

Así es. En toda colaboración público-privada tiene que haber una ganancia mutua, si no, es beneficencia. Facebook después de desarrollar este chatbot para nosotros lo vendió a otras empresas privadas, fue una ganancia mutua. Yo vengo de trabajar en Microsoft con Bill Gates, el hombre más rico del mundo, y conozco muy bien lo que significa el negocio. Si quieres una ganancia mutua, tanto lo público como lo privado tienen que ofrecer algo, respetando unos límites adecuados. Si es así, puedes lograr cualquier cosa.

LAS FRASES

  • “Mi mantra es ‘Mobile-First. One Click’ para llegar al ciudadano de forma inmediata y simplificar el acceso a la tecnología”.
  • “Estoy convencida de que además de compartir nuestros proyectos e ideas, necesitamos compartir nuestros errores”.
  • “Si las empresas quieren sobrevivir, tienen que digitalizarse, si no, están acabadas”.
  • “Tallin es un ejemplo de digitalización increíble. Estonia nació en 1991, construyeron su economía desde cero e integraron la digitalización en su ADN”.
  • “Si no tenemos suficientes chicas formándose en STEM, no tendremos mujeres en carreras profesionales tecnológicas. Y es un problema enorme que reduce la diversidad en las empresas,un valor fundamental”.
  • “El mundo se está digitalizando así que necesitamos más mujeres con aptitudes digitales, es una ecuación matemática”.

Roberta Cocco

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Siempre pensamos que estamos en el país equivocado para la digitalización, que los países del norte lo hacen mejor…. ¿A qué ciudades deberíamos mirar como referentes?

Hasta donde sé, teniendo en cuenta las ciudades con las que trabajo, no veo un ejemplo de ciudad o gobierno que esté utilizando todo el potencial de los datos, es decir, no he visto ninguna ciudad o país que sea perfecto en todos los ámbitos vinculados con la digitalización. Pero sí que puedo nombrar muchas ciudades por su desarrollo en diferentes áreas. Por eso lancé los “puentes digitales” con ciudades internacionales porque vi, y sigo viendo, muchas ciudades muy adelantadas, como Ámsterdam.

Tallin en Estonia es un ejemplo increíble, pero es diferente porque el país nació en 1991, construyeron su economía desde cero y aplicando lo digital de la forma correcta. De alguna manera, fueron embebidos por la digitalización, está en el ADN del país. Tanto Estonia, como los nórdicos están muy adelantados; Helsinki por supuesto. También Tel Aviv en Israel ha evolucionado mucho, especialmente en seguridad. Nueva York tiene grandes avances. Singapur y Shanghái, otra ciudad en la que tuve el privilegio de estar trabajando, tienen un proyecto de IOT increíble. Para ellos la seguridad es prioritaria y probablemente tengan una concepción diferente sobre la privacidad, sin ánimo de juzgarles. Pero desde el punto de vista tecnológico son increíbles. Recuerdo que nada más llegar al aeropuerto de Shanghái, escanearon mi cara. Cuando entré en el hotel, al cruzar la puerta, me saludaron por mi nombre. Y luego pude pagar en un restaurante con reconocimiento facial. Repito, no pretendo juzgar, solo observo una ventaja tecnológica digital.

Si pienso en la seguridad de mi ciudad, estos ejemplos me resultan muy útiles. Aunque es necesario partir del ejemplo, de su estructura y adaptarlo al contexto local, tanto a la legislación como a la cultura de la población.

“Las empresas deben contar con equipos heterogéneos formados por hombres, mujeres, jóvenes, veteranos, diferentes culturas y religiones. La diversidad tiene un alto valor económico”.

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Por tanto, podemos adaptar a nuestras ciudades soluciones que ya se han desarrollado para que los ciudadanos se beneficien de la digitalización. En este sentido, usted pone foco en la educación y el desarrollo las habilidades digitales. ¿Cómo potenciamos ambos aspectos?

Es esencial. Hemos alcanzado un progreso tecnológico evidente. Ahora tenemos que pensar en cómo integrar en este progreso a los ciudadanos. Por ejemplo, en Italia una de nuestras pesadillas era la brecha digital. Italia se consideraba uno de los países lentos en digitalización. Probablemente debido a la terrible pandemia nos hemos dado prisa. No hemos eliminamos la brecha por completo, pero sí que hemos hecho un gran progreso. Aunque todo proyecto de digitalización debería ir acompañado de un proyecto de cultura digital, porque la digitalización no debería dejar a nadie de lado. Por supuesto que el sector público no puede abarcarla por completo porque no tenemos ni los recursos ni las herramientas necesarias. De nuevo es un aspecto en el que podemos trabajar junto al sector privado. He visto ejemplos tanto en Italia, como en el resto del mundo, en los que esta combinación público-privada ha sido un éxito a la hora de ofrecer cursos a las personas mayores o animar a los jóvenes a que enseñen a sus abuelos, de una forma estructurada, casi como si fueran funcionarios durante un breve periodo de su juventud, que ayuden a otros ciudadanos mayores a desarrollar competencias digitales.

En este sentido, quisiera compartir contigo mi “obsesión” por motivar a las chicas a que estudien STEM, disciplinas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Justo detrás de mí, junto a las banderas oficiales del Ayuntamiento de Milán, tengo la bandera de STEM in the City, un gran proyecto en el que pongo mi corazón desde que asumí mi cargo, que desarrollamos en Milán colaborando con más de 50 socios privados. Ya alcanzamos la quinta edición y llegamos a más de 90.000 estudiantes a través de formaciones, conferencias, debates y la difusión de modelos a seguir.

Hace unos años trabajé con la ONU sobre todo con el área dedicada a la mujer. Fui la persona de Microsoft que se sentaba en una mesa de trabajo para fomentar los estudios STEM entre las mujeres. Y todavía sigo en contacto, porque desgraciadamente este es un problema mundial. Si no tenemos suficientes chicas cursando STEM ni en bachillerato ni en la universidad, entonces no tenemos mujeres desarrollando carreras profesionales tecnológicas. Y este es un problema enorme porque reduce la diversidad, de sexos, de orígenes, culturas… y la diversidad es un valor fundamental para las empresas.

Las personas de la tercera edad, a raíz de la pandemia, han acelerado su digitalización, han tenido que aprender a utilizar la tecnología, y han dado un salto equivalente a unos 5 o 10 años. ¿Pero cuánto tiempo cree que va a ser necesario para integrar a las mujeres en las carreras STEM? Estoy de acuerdo, es un problema enorme del que creo que ya somos conscientes, aunque quizá no estamos haciendo lo suficiente para solucionarlo.

Fíjate, antes tú has subrayado el valor del negocio cuando hablábamos de la colaboración público-privada. De nuevo, aquí el negocio es la clave. Yo nunca traté este tema desde el punto de vista del feminismo. Siempre lo traté desde el punto de vista económico. Necesitamos más chicas en STEM porque nuestra sociedad, nuestra economía necesita que estén. Necesitamos más mujeres en la industria, en centros de conocimiento económico y esto es algo que las empresas han empezado a entender. Cada semana recibo dos o tres llamadas de amigos para saber si conozco a alguna mujer tecnóloga para recomendarles porque tienen que cubrir un puesto y preferirían una mujer. La diversidad ahora es una etiqueta interesante. Pero eso no me importa, me importa la economía. El mundo se está digitalizando así que necesitamos más mujeres con aptitudes digitales, es una ecuación matemática.

No actúo como feminista, es decir, quizá soy la más feminista, pero mi posición respecto a las STEM es económica. Yo soy mayor y estoy muy orgullosa de mis estudios humanísticos, tengo una tesis en latín, y eso fue hace 30 años, con mi carrera podía tener cualquier trabajo. Pero ya no es así. Si les pido a las chicas que consideren las carreras tecnológicas es porque con conocimientos en STEM podrán acceder al mercado laboral desde una mejor posición, un mejor sueldo, tendrán más opciones para elegir un trabajo.

Esta revista está dirigida a empresarios de gran consumo. ¿Qué le diría a los CEO y directores generales para involucrarles en esta digitalización global?

Tienen que innovar y digitalizar sus empresas y sus sectores por completo porque si no se quedarán fuera del mercado. Es así de simple, si quieren sobrevivir, tienen que digitalizarse, si no, están acabados.

Y también les recomiendo, firmemente, que cuenten con equipos heterogéneos, formados por hombres, mujeres, jóvenes, veteranos, diferentes culturas, religiones… personas con perspectivas diferentes. El mundo está cambiando muy rápido. Si imagino que vuelvo a mi antiguo rol y pienso en cómo aumentar mis ventas, está claro que tengo que vender a personas cada vez más diferentes y tengo que pensar desde la perspectiva de personas diferentes. Afortunadamente, y esperemos que así sea, en los próximos diez años veremos a más mujeres desempeñando cargos importantes. Y ya puedo hablar, por ejemplo, de una amiga que es CEO de una gran empresa, que cuando tiene una reunión con posibles proveedores, si solo vienen hombres, no les recibe. Ella es una mujer muy fuerte, es una de mis mejores amigas, la quiero a ella y a su actitud, probablemente sea la única que actúa así. Pero tengan cuidado, es necesario tener equipos mixtos.

Durante toda esta conversación ha trazado estrategias para mejorar la economía y la vida de los ciudadanos a través de la digitalización. ¿Cuáles son sus próximas metas?

Estoy terminando mi mandato ahora que se han celebrado las elecciones municipales. Junto al alcalde, Giuseppe Sala, creo que hemos aportado avances a la ciudad. Todo se puede mejorar, pero hemos dado lo mejor de nosotros mismos. Yo estoy pensando en qué hacer a partir de ahora, quizás a nivel estatal, pero todavía no tengo una idea clara. Lo que sí que es seguro es que trabajaré para mejorar la vida de los ciudadanos.

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