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3 elementos para que la Mobility as a Service (MaaS) tenga éxito en nuestras ciudades

El continuo tránsito de personas desde el mundo rural hacia las ciudades supone un reto al que enfrentarse para garantizar una convivencia sostenible en unas aglomeraciones urbanas que adquieren dimensiones inabarcables con el paso de los años.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) “la población urbana en el 2014 alcanzaba el 54% del total mientras que en el 1960 representaba un 34%”. Además UNICEF prevé que para el año 2030, países como México, EE.UU., Canadá, Reino Unido o España, tengan el 80 % de su población viviendo en las ciudades. Naciones como Francia, Brasil o Australia verán incrementada esa cifra hasta el 90% del conjunto de la población.

En este contexto, se plantean una serie de problemáticas a las que enfrentarse para garantizar sociedades equilibradas capaces de absorber y dar respuesta a estas situaciones. La movilidad urbana, directamente relacionada con la contaminación medioambiental, es unos de los principales retos para las ciudades. Grandes capitales como Helsinki en Finlandia, ya están implementando modelos de Mobility as a Service para dar respuesta a tal problema. La capital nórdica espera que, para 2023, más de 2.300 millones de transportes en automóvil sean remplazados por las opciones que el MaaS ofrece.

Para que los nuevos modelos de MaaS tengan éxito al ser implantados en las grandes ciudades, se plantean tres aspectos fundamentales a tener en cuenta:

  • Infraestructura
    Es indispensable preparar un sistema de circulación apto para acoger un modelo de MaaS. En este sentido, se deben priorizar servicios como el transporte público, scooters o bicis en detrimento de los vehículos privados, a excepción de los coches compartidos o los vehículos de emergencias. Muchas ciudades ya cuentan con zonas delimitadas dónde se han implantado estas regulaciones. Vancouver, B.C. ha limitado el uso de una zona en exclusiva para viandantes y transporte público donde los taxis únicamente pueden entrar para dejar o recoger gente, pero sin poder circular a través de ella. Además, se deben promover las infraestructuras adecuadas para facilitar el uso de scooters, patinetes eléctricos o bicis.
  • Data
    El conocimiento sobre los hábitos de la población y las tendencias de movilidad son imprescindibles para poder planificar tanto a corto como a largo plazo. Así, la ciudad de Copenhague implantó hace casi 10 años una serie de iniciativas encaminadas a recoger datos y contar con un conocimiento profundo sobre el transporte a través de información recogida mediante vehículos conectados, dispositivos móviles y sensores en las carreteras. Conocer qué zonas son más transitadas, a qué hora y por qué tipo de vehículos, permite a las autoridades municipales diseñar una estrategia de transporte acorde a las necesidades.
  • Incentivos
    En última instancia, materializar el cambio hacía un modelo de MaaS requiere del apoyo constante de las instituciones través de medidas que incentiven la oferta y el uso de los nuevos sistemas de movilidad. Es necesario que se lleven a cabo políticas publicas de urbanismo que propongan un buen uso de los transportes públicos como por ejemplo, poner áreas comerciales en el subsuelo y viviendas encima, de tal forma que se limite la necesidad de coger el coche. Además, incentivar económicamente a los operadores de scooters, bicis eléctricas y similares. Por ejemplo, Luxemburgo ofrece el transporte público gratis en las zonas identificadas como Maas.

Guidance

  • El continuo movimiento de las personas hacia las ciudades está complicando una convivencia sostenible en unas urbes que alcanzan dimensiones desproporcionadas. Se espera que esta tendencia se acentúe y que, en pocos años más del 80% de la población de los principales países vivan en ciudades.
  • ​Uno de los principales problemas a los que se enfrentan las grandes aglomeraciones urbanas es el transporte y la congestión que genera. Así, se plantean nuevos modelos de movilidad como la Mobility as a Service (MaaS).
  • Por ello, surgen tres aspectos fundamentales a tener en cuenta para que la implantación de estos modelos en las ciudades resulte satisfactorio: las infraestructuras, la captación y procesamiento de datos e información, y los incentivos y políticas públicas.

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Video: Transportation 2040 – A transportation visión for the City of Vancouver

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