La evolución del código de barras al QR: La ambición de GS1 para el punto de venta y consumidor
Hace 51 años, la implantación del código de barras revolucionó los puntos de venta, permitiendo un paso por caja más rápido y sin errores. Con el tiempo, los beneficios de esta tecnología han superado con creces su función original, hasta el punto de que hoy es impensable imaginar una cadena de suministro digitalizada sin el código de barras y sus sistemas de captura.
Sin embargo, las necesidades del sector evolucionan rápidamente. Hoy, además de la identificación básica, se requiere ofrecer al consumidor información adicional sobre regulaciones, características, sostenibilidad, alertas alimentarias e incluso campañas personalizadas de fidelización. Estas demandas superan las limitaciones físicas del packaging. A la vez, en el punto de venta se precisa mayor trazabilidad y gestión inteligente para garantizar la seguridad alimentaria, facilitar retiradas, prevenir el desperdicio y atender aplicaciones que requieren más datos que los que permite el código de barras.
Ante este nuevo escenario, el código QR surge como la evolución del código de barras, ya que aporta una doble función: puede ser leído tanto por el teléfono móvil del consumidor como por los sistemas del punto de venta, y permite incorporar mucha más información que el simple identificador de producto. Todo ello es posible porque la información se estructura en una URL bajo el estándar definido por GS1, gestionado en España por AECOC.
Más información
¿Qué beneficios tiene el código QR?
Para los consumidores
Para los consumidores
El QR abre un canal de comunicación sin límites directamente desde el packaging del producto, pudiendo acceder rápidamente a detalles sobre ingredientes, sostenibilidad, regulaciones, recetas, promociones y mucho más a través de un único escaneo. Un caso de éxito lo encontramos en las bodegas españolas, que han podido cumplir con la nueva normativa europea de etiquetado del vino mediante el código QR. Además, otras grandes marcas han comenzado a aprovecharlos para innovar en estrategias de marketing y fidelizar a sus clientes.
En el punto de venta
El QR de GS1 supone también un importante avance en la digitalización y trazabilidad, ya que permite codificar información adicional como fecha de caducidad, número de lote, precio o peso, algo imposible con el código EAN. Esto habilita nuevas aplicaciones, como el bloqueo automático de la venta de productos caducados, la retirada eficiente ante alertas alimentarias o la automatización de descuentos para reducir el desperdicio. En España, distribuidores pioneros ya están incorporando los códigos QR en productos de marca propia, llegando incluso a sustituir el código de barras tradicional en determinados casos.
Esta transformación responde a una ambición global de GS1, cuyo objetivo es que, para finales de 2027, la mayoría de los puntos de venta en todo el mundo estén preparados para leer y procesar códigos QR bajo el estándar GS1.
Un único escaneo, infinitas posibilidades
En definitiva, el objetivo es integrar un único código en el packaging que centralice toda la información relevante para el consumidor, como regulaciones, promociones e información detallada del producto, y que además pueda ser procesado en el punto de venta.
