Barbara Calvaresi, Responsable del Sectores Carnes y Frutas y Hortalizas de AECOC
30/03/2020
Sin duda ha sido de repente y de manera completamente inesperada que nuestro sector y la sociedad entera se han encontrado ante esta ingente crisis sanitaria de impacto mundial. Una crisis que nos está obligando a cambiar nuestra forma de trabajar y nuestras prioridades y que, sin duda, marcará un antes y un después en muchas de nuestras pautas. Pero también debemos recordar que se trata de una situación temporal. En este sentido, desde AECOC queremos trasladar un mensaje de confianza y ánimo a nuestras empresas asociadas a la hora de adaptarse a esos cambios con valentía.
Si hay algo que esta crisis está poniendo en evidencia es la labor imprescindible de algunos sectores, entre ellos el de la cadena agroalimentaria: todos y cada uno de sus eslabones son básicos para garantizar el correcto abastecimiento de productos básicos por parte de la sociedad frente a esta situación excepcional.
Sin embargo, son muchos los desafíos a los que nos estamos teniendo que enfrentar desde el sector primario:
- Asegurar el suministro ante la avalancha de demanda. La demanda de alimentación se ha disparado ante la alarma generada por el COVID-19 y las medidas de confinamiento. En la primera semana, los hogares han realizado ingentes compras de llenado de despensa y las imágenes de los lineales desabastecidos que han salido en los medios de comunicación han reforzado una sensación de escasez y han retroalimentado las compras de acaparamiento. Los proveedores del sector primario han sido capaces de ajustar sus ritmos de producción y de suministro a esta nueva realidad implementando medidas innovadoras y gestionando una cadena de producción muy tensionada.
- Garantizar la seguridad de los trabajadores y lidiar con la escasez de mano de obra. Las empresas productoras han implementado medidas de seguridad adicionales que, aunque compliquen la productividad, son necesarias para evitar riesgos de contagio entre los trabajadores: su seguridad es prioritaria. Esta situación también provoca que las compañías cuenten con menos fuerza productiva de la necesaria y que recurran a mano de obra no-formada para suplir las bajas y garantizar la producción.
- Prever el comportamiento del consumidor final. A falta de experiencia previa ante la excepcionalidad de la situación, las empresas están aprendiendo de la actual crisis y experimentan grandes dificultades para prever la demanda del consumidor final, muy cambiante y sujeta a los eventos externos. Cambian los patrones de compra y consumo, cobra total protagonismo el hogar, ya que el canal horeca queda limitado a delivery; cambian los productos y formatos más consumidos, con las conservas y formatos para el acaparamiento incrementando sus ventas; y el canal on-line cobra una nueva relevancia para evitar acudir a las tiendas. Y aunque estos cambios sean temporales y vinculados al actual estado de alarma, habrá algunos hábitos que se mantendrán tras la crisis o surgirán como consecuencia de ella. Previsiblemente nos espera un periodo económico flojo para muchas familias, que posiblemente venga acompañado de una mayor elasticidad al precio y una vuelta a una cesta de la compra básica, en la que los productos esenciales y la salud tendrán un papel clave.
- Dificultades en los mercados exteriores. De momento muchas empresas han podido mantener sus exportaciones, aunque lidiando con crecientes limitaciones en el transporte y en las fronteras. El futuro parece incierto y muy vinculado a un mercado global que sufre los efectos de esta pandemia.
Como responsable de Carnes y Frutas y Hortalizas, estoy a disposición de todas nuestras empresas asociadas para comentar cualquier cuestión que consideréis necesaria y poder remar juntos hacia mejores escenarios. Me podéis encontrar en mi teléfono, 606 960 620, y en mi email: bcalvaresi@aecoc.es.
BARBARA CALVARESI
Responsable del Sector Carnes de AECOC
