04/11/2018
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Raj Sisodia,
Cofundador de Capitalismo Consciente

Raj Sisodia es profesor en Babson College y en Bentley University. Es coautor del libro bestseller Capitalismo Consciente, que escribió junto al cofundador de Whole Foods, John Mackey. En este libro los autores sientan las bases del movimiento Capitalismo Consciente, una organización que defiende e imagina de nuevo el capitalismo. Capitalismo Consciente persigue un nuevo sistema de hacer negocios que sea más cooperativo, humano y positivo. En definitiva, plantea cambiar la manera en que las empresas ganan dinero para cambiar el mundo.

“CUIDE A LA GENTE Y ELLOS CUIDARÁN DEL NEGOCIO”

El capitalismo y los líderes empresariales son los héroes de la historia, pero a menudo se suelen denigrar como si fueran los tipos malos de la película por parte de los críticos posmodernos. ¿De qué se les acusa? Al capitalismo de ser causante de la desigualdad, beneficiar a los ricos y no a los pobres, homogeneizar la sociedad, fragmentar las comunidades o destruir el medioambiente. ¿Y a los empresarios? De moverse por la avaricia y el egoísmo. Mientras tanto, los defensores del capitalismo utilizan una jerga que no inspira y refuerza la crítica ética de que el capitalismo solo se preocupa del dinero y los beneficios. El capitalismo necesita una nueva narrativa que refleje las bondades y virtudes inherentes.

“EL CAPITALISMO NECESITA UNA NUEVA NARRATIVA QUE REFLEJE SUS BONDADES Y VIRTUDES”.

LOS PRINCIPALES LOGROS DEL CAPITALISMO

El capitalismo, que tiene más de 200 años, se basa en la libertad individual, política y económica. Este sistema debe su éxito a la aportación intelectual de Adam Smith (‘La Riqueza de las Naciones’) y a Estados Unidos, que ejerció como laboratorio donde las ideas de Smith pudieron florecer cuando en Europa todavía gobernaban algunas monarquías. Así fue como Estados Unidos se convirtió en un país donde cada hombre estaba a cargo de su propio destino (las mujeres no tenían derechos de propiedad y sólo obtuvieron el derecho de voto en 1920).

Estos son algunos de los avances del capitalismo desde entonces:

  • Durante decenas de miles de años, la población humana creció muy lentamente y disminuyó a menudo a causa de grandes epidemias como la peste y la gripe, que se cobraron millones de vidas. Alrededor de 1820 –con la adopción del capitalismo– la población global superó por fin los 1.000 millones y, desde entonces, ha aumentado rápidamente hasta los 7.400 millones, principalmente gracias a los avances en higiene, medicina y a la productividad de la agricultura. – Hace 200 años, el 90% de la población del mundo vivía en condiciones de pobreza extrema (definida como ingresos inferiores a 1,90 dólares por día). Actualmente, está en el 9%. Si sigue la misma tendencia, en el siglo XXI se debería erradicar el hambre.
  • Los ingresos medios per cápita han crecido globalmente un 1.500% desde 1800. En los países desarrollados ha sido de un 1.800%. Quizá lo más sorprendente sea que el Producto Interior Bruto (PIB) de Corea del Sur se ha multiplicado por 260 desde 1960, pasando de ser uno de los países más pobres del mundo a uno de los más ricos y avanzados. –
  • En los últimos doscientos años, la esperanza de vida media en todo el mundo ha pasado de la cifra histórica habitual de treinta años o menos a más de setenta. El 86% de adultos pueden leer. Los países prósperos tienen un nivel más alto de satisfacción vital.

EL PRECIO DEL PROGRESO

El capitalismo es el sistema que más progreso ha traído a la humanidad. Dicho esto, es cierto que a menudo ha basado su crecimiento en la extracción de recursos –humanos, financieros y naturales– y ha provocado que el mayor progreso y esperanza de vida hayan venido con un precio elevado: el estrés, la ansiedad, la depresión, el cambio climático… Las empresas pueden crear, pero también destruir muchos tipos de riqueza:

  • ¿Sabe cuál es el momento de la semana en que más ataques al corazón se registran? Efectivamente, los lunes por la mañana se disparan un 20% el número de ataques al corazón. Las investigaciones también demuestran que la hormona del estrés –el cortisol– se dispara al empezar el día, cuando vamos a trabajar.
  • El 88% de las personas en Estados Unidos de América sienten que trabajan para empresas que no se preocupan por ellos y solo el 15% de los empleados del planeta van comprometidos a trabajar, según Gallup.

“The business of business is business (el negocio de las empresas es hacer negocios)”, aseguraba Alfred P. Sloan. Años más tarde, el cofundador de Southwest Airlines Herb Kelleher le corrigió para que no lo olvidemos nunca más: “The business of business is people yesterday, today and forever (el negocio de las empresas ha sido, es y será la gente)”. Deberíamos tenerlo siempre presente. Cuide a su gente y ellos cuidarán del negocio.

¿CRECER A CUALQUIER PRECIO?

El crecimiento es esencial, es una aspiración humana. Todos queremos crecer físicamente, aumentar nuestro conocimiento, nuestra capacidad de amor…. Lo importante es preguntarnos qué tipo de crecimiento queremos y por qué. Hoy, la mayor parte del crecimiento en los negocios está motivado por el deseo de ser más grande, más poderoso, más rico y tener mayor influencia. Es decir, el crecimiento nace del ego. ¿Esa es realmente la razón por la que queremos crecer?

Crecer por ego inevitablemente tiene un coste humano en forma de sufrimiento. En estos casos el crecimiento adquiere forma de conquista, como se hacía antiguamente en el imperio romano y en el resto. ¿Es la mejor manera? Seguramente no. “Puedes expandirte a través del abrazo o la conquista. Pero no se puede incluir a las personas conquistándolas”, en palabras del líder espiritual indio Sadhguru Jaggi Vasudev.

Por ejemplo, si en su día la firma de capital riesgo 3G Capital hubiera hecho efectiva la compra de Unilever habría conquistado y destruido el alma de esa compañía; provocado el despido de miles de personas; abandonado el profundo compromiso de Unilever con la sostenibilidad; recortado el estándar de investigación y desarrollo, y convertido la cultura en la búsqueda de la maximización de beneficios incentivándolos a través de los gerentes con bonos masivos. Los empleados, los proveedores y la sociedad hubieran pagado el precio durante siglos. Este tipo de crecimiento es como un cáncer, crece a expensas del anfitrión.

“¿QUÉ COMPARTEN WHOLEFOODS, COSTCO, SOUTHWEST AIRLINES, STARBUCKS, PATAGONIA O MERCADONA? SON EMPRESAS CONSCIENTES”

¿Hay otra forma de crecer? Por suerte, sí. ¿Cómo? Creando ‘ministerios’ que inviertan y gasten su dinero como los misioneros: ayudando a la gente. Una vez tuve una charla con un alto dirigente de la compañía española Mercadona. Le dije: “Tenéis una cuota de mercado en valor cercana al 25% y nueve de cada diez hogares (90,7%) compraron al menos una vez en Mercadona el año pasado. Ganáis suficiente dinero. Entonces, ¿por qué queréis crecer más?”. Me respondió: “Cuando crecemos en Mercadona la vida es mejor para todos los agentes: empleamos a más gente con contrato indefinido, los clientes obtienen mejor calidad y precio, la economía de la comunidad se beneficia, el medio ambiente recibe menos impacto…”. En ese caso, -le dije- su empresa tiene la obligación de crecer, hay gente que os necesita. El mundo se vuelve mejor cuando cierto tipo de compañías crece. ¿Por qué? Porque crecen a través del servicio.

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