¿Qué es la tecnología RFID y cómo funciona en la identificación de productos?

La tecnología RFID permite identificar y rastrear productos de forma inalámbrica, mejorando la eficiencia en logística y control de inventarios. Su uso optimiza la gestión, garantiza trazabilidad y reduce errores, aplicándose en sectores como retail, salud y transporte.

La tecnología RFID (Radio Frequency Identification) es un sistema que permite identificar, rastrear y gestionar productos sin necesidad de contacto físico directo. A diferencia de los códigos de barras, que requieren ser leídos por un escáner óptico, las etiquetas RFID transmiten información de manera inalámbrica mediante ondas de radio, lo que agiliza los procesos logísticos y de control de inventario.

El propósito de los sistemas RFID es facilitar la gestión eficiente de productos, garantizar trazabilidad, reducir errores humanos y permitir un seguimiento casi en tiempo real en sectores tan variados como la logística, el retail, la sanidad o el transporte.

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¿Cómo funcionan los sistemas RFID?

Los sistemas RFID funcionan mediante la comunicación entre una etiqueta y un lector, que transmite y recibe información a través de ondas de radio. El proceso es el siguiente:

  1. Transmisión de señal: el lector envía una señal de radio a la etiqueta RFID.
  2. Activación de la etiqueta: la antena de la etiqueta recibe la señal y alimenta el microchip que contiene la información del producto.
  3. Envío de información: la etiqueta responde al lector transmitiendo datos como identificación única, lote, fecha de caducidad o cualquier otro atributo programado.
  4. Procesamiento de datos: el lector envía la información a un sistema central, que puede integrarse con software de gestión de inventario, ERP o plataformas logísticas.

Este funcionamiento permite la lectura de múltiples etiquetas al mismo tiempo y a cierta distancia, lo que diferencia al RFID de otros sistemas de identificación más tradicionales como los diferentes tipos de códigos de barras.

¿Qué elementos forman un sistema RFID?

Un sistema RFID completo incluye tres elementos esenciales que interactúan entre sí:

El buen funcionamiento del sistema depende de la sincronización entre estos componentes, asegurando que cada etiqueta pueda ser detectada, leída y registrada sin errores.

¿Qué componentes tiene una etiqueta RFID?

Una etiqueta RFID está formada por tres elementos principales:

  1. Microchip: almacena información única sobre el producto.
  2. Antena: permite la transmisión de datos mediante ondas de radio hacia el lector.
  3. Sustrato o carcasa: protege el chip y la antena, adaptándose al tipo de producto y condiciones de uso.

Algunos modelos incluyen sensores adicionales, como temperatura o humedad, para monitorizar productos sensibles. Gracias a esta estructura, la etiqueta puede ser utilizada en entornos muy variados, como almacenes o procesos de envío internacionales.

Tipos de etiquetas RFID

Existen diferentes tipos de etiquetas RFID según su alimentación y alcance:

Tipo de etiqueta Alimentación Alcance aproximado Uso
Pasiva No tiene batería, se activa con la señal del lector Hasta 10 m Inventario, retail, logística
Activa Incluye batería propia Hasta 100 m Seguimiento de vehículos, contenedores, grandes almacenes
Semipasiva Batería para alimentar sensores, comunicación activa con lector Hasta 30 m Control de temperatura, seguimiento de activos

Etiquetas RFID pasivas

Las etiquetas pasivas son las más comunes y económicas dentro de los sistemas RFID. No cuentan con batería propia, por lo que obtienen la energía necesaria para funcionar de la señal emitida por el lector. Esto significa que solo se activan cuando un lector se encuentra dentro de su rango de alcance, que suele ser de hasta 10 metros.

Son ideales para inventarios en retail y logística, donde se necesita identificar productos de manera rápida y eficiente sin incurrir en altos costes. Además, su tamaño reducido permite incorporarlas a prácticamente cualquier tipo de producto, desde ropa hasta cajas de alimentos, sin afectar el embalaje ni el diseño.

Etiquetas RFID activas

Las etiquetas activas incluyen una batería interna que alimenta tanto al microchip como a la antena, lo que les permite comunicarse con el lector de forma continua y a distancias mucho mayores, hasta 100 metros.

Este tipo de etiquetas se utiliza principalmente en seguimiento de vehículos, contenedores o grandes almacenes, donde es necesario monitorizar objetos en tiempo real sin depender de la proximidad del lector. Gracias a su autonomía y mayor alcance, las etiquetas activas son perfectas para entornos industriales y logísticos que requieren control sobre activos de alto valor o de gran tamaño.

Etiquetas RFID semipasivas

Las etiquetas semipasivas combinan características de las pasivas y las activas. Cuentan con batería propia que alimenta únicamente los sensores internos, mientras que la comunicación con el lector depende de la señal que este emite. Su alcance suele ser intermedio, alrededor de 30 metros.

Este tipo de etiquetas se utiliza para control de temperatura, seguimiento de activos específicos o mercancías sensibles, como alimentos frescos, medicamentos o productos químicos. La ventaja principal es que permite incorporar sensores adicionales para monitorizar condiciones externas, ofreciendo información más detallada que las etiquetas pasivas sin requerir el coste y tamaño de las activas.

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¿Dónde se utiliza la tecnología RFID?

La tecnología RFID ha dejado de ser algo del futuro: hoy se utiliza en muchos sectores para hacer que procesos complejos sean más rápidos, seguros y precisos. Su ventaja principal es que permite identificar y rastrear productos o activos sin necesidad de contacto directo, lo que reduce errores y ahorra tiempo. Veamos cómo se aplica en distintos entornos:

Logística y gestión de almacenes

En la logística hay que saber exactamente dónde está cada cosa y cuándo llega. Las etiquetas RFID permiten que los almacenes:

Esto no solo ahorra tiempo, sino que reduce costes operativos y mejora la precisión de toda la cadena de suministro.

Retail y comercio

En las tiendas, la RFID va más allá de contar productos. Permite que los responsables de tienda tomen decisiones basadas en datos:

Al final, se traduce en menos roturas de stock, menos devoluciones y una gestión más profesional de la tienda, incluso cuando hablamos de cadenas con cientos de artículos distintos.

Sanidad y sector farmacéutico

En hospitales o laboratorios, la trazabilidad es importante. Una etiqueta RFID permite:

Así, se combinan eficiencia operativa y seguridad del paciente, algo que los sistemas tradicionales no garantizan con la misma fiabilidad.

Transporte y gestión de flotas

En el sector transporte, el control de activos y vehículos es complicado si todo se hace manualmente. Con RFID:

Esto significa menos pérdidas, más seguridad y decisiones más rápidas en entornos donde cada minuto cuenta.

Otros usos

Más allá de los sectores tradicionales, la RFID ha entrado en otros ámbitos:

En todos estos casos, el valor real de la tecnología no es solo que identifique cosas, sino que permite tomar decisiones más rápidas, acertadas y seguras, algo que ningún sistema manual puede igualar.

Ventajas y desventajas de las etiquetas RFID

La tecnología RFID tiene mucho que aportar, pero también algunos aspectos que conviene conocer antes de usarla. Entender sus puntos fuertes y limitaciones ayuda a decidir si realmente encaja en tu negocio o proyecto.

Ventajas de las etiquetas RFID

Las etiquetas RFID no solo identifican productos, también hacen que muchos procesos sean más fáciles y seguros:

Desventajas de las etiquetas RFID

No todo es perfecto, y la RFID también tiene sus limitaciones:

RFID: una herramienta que simplifica tu día a día

La tecnología RFID ayuda en la gestión de productos y activos. Permite ahorrar tiempo, reducir errores y tener un control más claro sobre lo que ocurre en tu inventario, logística o puntos de venta.

Elegir el tipo de etiqueta y sistema adecuado marca la diferencia: con una implementación correcta, la RFID se convierte en una herramienta práctica que mejora procesos y facilita la toma de decisiones, haciendo que la gestión diaria sea más sencilla y eficiente.


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